Episodios
El impacto político y urbano de la caída del muro de Berlín acota una década que vio el retorno de un tipo de construcción exhibicionista y escultórica, entreverada en la España del 92 con las obras deportivas de los Juegos Olímpicos de Barcelona y con las recreativas de la Expo de Sevilla. Y mientras la Península sufría la resaca de la fiesta y en Europa o Asia proliferaban los grandes proyectos, en las escuelas se predicaba la austeridad rigurosa del minimalismo suizo: una tendencia lacónica que contrasta con la locuacidad de las nuevas arquitecturas religiosas, con la expresividad emblemática del Guggenheim bilbaíno y con los seductores alabeos de la Holanda vanguardista.
Split-screen
1990-1999 El bonsái de Berlín
Neoconstructores
Días feriados
El declive de la rosa
Megamorfosis
Una caja es una caja es una caja
Iglesias de autor
Hosanna Guggenheim
Placeres del pliegue
El águila que sonríe
Personajes
El californiano Frank Gehry empezó a conquistar Europa con un pequeño museo, al tiempo que el español Rafael Moneo asumía importantes encargos en la Península, y otro español, Santiago Calatrava, y un portugués, Alvaro Siza, extendían sus biografías cosmopolitas. Al holandés Rem Koolhaas y al neoyorquino Peter Eisenman se les presentó la ocasión de materializar sus propuestas teóricas, mientras el francés Jean Nouvel y el británico Norman Foster reafirmaban su liderazgo sobre las tendencias inmaterial y tecnológica, y tanto Peter Zumthor como los también suizos Jacques Herzog y Pierre de Meuron obtenían reconocimiento unánime por su pasión material y geométrica.
1990-1999
Frank el tejedor
Un arquitecto de carácter
Gótico civil
Obra del desasosiego
Un cadáver exquisito
Construcciones craqueladas
El gris teórico
Un coloso comedido
Madre materia
Dioniso en Basilea
Fracturas
La exposición del deconstructivismo y la apertura de los países del este de Europa desencadenó el fervor por las vanguardias rusas, e inauguró una tendencia fracturada que incorporó el expresionismo del Guggenheim de Bilbao o del Palacio de Deportes de Huesca, el desplome de cuya cubierta enfrentó estas arquitecturas con las convulsiones que decían representar. El conflicto planetario se expresó en el contraste entre el caos vertiginoso de la globalización y los residuos resistentes de las identidades locales, mientras las preocupaciones formales se dividían entre la subversión holandesa y las certezas suizas, y dos cubos en una playa vasca ensayaban la síntesis entre ambas tendencias.
1990-1999
La casa Rusia
Perfección demasiado violada
Un pulpo de acero
La belleza convulsa
Tiempos de mala memoria
Enigmas de enero
Formas de lo informe
La fiebre asiática
Tú a Rotterdam, yo a Basilea
K de Kursaal
Ficciones
Los restos del clasicismo y la figuración posmodema de los ochenta, cuyo último adalid fue el príncipe Carlos de Inglaterra, acabaron desterrados en los noventa al territorio de los parques de ocio y las expos, o sobrevivieron en experiencias como el retorno al orden de la ‘nueva simplicidad’ berlinesa y como la vuelta a un pasado plácido del ‘nuevo urbanismo’ norteamericano, que ha puesto las bases del éxito de la actividad inmobiliaria de Disney. En la sociedad de la información y el espectáculo, el modelo de recinto temático que inventó la compañía del ratón se ha extendido por el planeta, contaminando el paisaje con su incitación al consumo de ficciones edulcoradas y nostálgicas.
1990-1999
La rebelión de los floreros
El príncipe y el ogro
Sevilla, silicio y silicona
La noche del ratón
Manhattan en Berlín
Parques de ficciones
La ciudad según Disney
Liberad al gnomo
El mundo de Truman
Paz para el paisaje
Milenio.com
Luis Fernández-Galiano
La década digital
Hace diez años, Arquitectura Viva hizo un balance de los ochenta con el título ‘La década rosa’; transcurridos los noventa, parece obligado ofrecer una síntesis del periodo, y éste es el propósito de ‘La década digital’. En lugar de contemplarla con el beneficio que otorga la perspectiva, se ha preferido dejar hablar a cada año con sus propias palabras, reproduciendo artículos escritos contemporáneamente a los asuntos que describen. Este procedimiento no permite rectificar juicios que el tiempo ha mostrado erróneos, o alterar pronósticos nunca materializados; sin embargo, hace más fácil transmitir un cierto sabor de época, y comprobar hasta qué punto las preocupaciones de entonces coinciden con las actuales. No es, por tanto, un retrato de la década desde su término, sino una crónica desde su interior. Los artículos reproducidos se han agrupado en cuatro secciones, y en cada una de ellas se ha elegido un texto por año, hasta completar los cuarenta que forman esta selección —a la que se ha añadido una presentación sintética, ‘Split-screen’, y un epílogo telegráfico, ‘Milenio.com’—. Las dos primeras secciones aspiran a resumir la década a través de sus episodios más relevantes y sus personajes más destacados; no es casual que los episodios se inicien en Berlín y terminen igualmente en la capital alemana, porque la caída del muro es el acontecimiento histórico que abre la década y proyecta su sombra sobre todo su transcurso; y tampoco es fortuito que sean Gehry y Herzog los dos extremos de la galería de personajes, porque el expresionismo deconstructivo y el rigorismo minimalista han sido los dos polos de un debate esencialmente artístico. Por su parte, las dos secciones finales se ocupan de las dos grandes corrientes que circulan caudalosamente por la década: las fracturas, los alabeos y el caos informe a través de los cuales las arquitecturas con vocación cultural han querido representar las convulsiones y el desorden de nuestra época; y las ficciones azucaradas y amables con las que la sociedad del espectáculo fabrica recintos de orden temático; dos flujos independientes en su génesis y en su propósito, pero que con desconcertante frecuencia se enredan en madejas inextricables y paradójicas. Con muy pocas excepciones, obligadas por la orquestación de los textos, los artículos se adscriben al año en que fueron originalmente escritos. La mayor parte de ellos se publicaron por primera vez en el diario El País, aunque algunos provienen de AV y de la propia Arquitectura Viva. El esfuerzo por hacer los formatos parejos ha forzado a reducir significativamente la extensión de unos pocos, pero en la mayoría se ha podido conservar el texto inicial. Para terminar, quizá convenga destacar que este resumen ideológico y estético de la década se complementa con un relato más pormenorizado, centrado en España, que con el título ‘Los noventa’ publica como número 79-80 la que llamamos nuestra revista hermana, AV.