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Continente residencial.Desde el conjunto mixto hasta el edificio entre medianeras del centro histórico, este recorrido por la Europa residencial —de Suiza y Austria a Holanda, pasando por Alemania y Francia— se fragmenta en cuatro apartados que ayudan a orquestar un panorama abigarrado y heterogéneo. A través del comentario crítico de proyectos representativos de cada uno de ellos, Justo Isasi, Alberto Pieltain, Ginés Garrido y Carlos Verdaguer detectan las líneas innovadoras y dejan constancia de los temas recurrentes.
Sumario
Bürgin, Nissen y Wentzlaff
Conjunto mixto en Muttenz
Baumschlager y Eberle
Bloques en Nüziders
Neutelings y Riedijk
Torre en Amsterdam
Petra y Paul Kahlfeldt
Edificio medianero en Berlín
Edificios: proyectos y realizaciones
Conjuntos. Elementos de la casa y de la vivienda pueden combinarse tanto para resolver demandas de carácter urbano como para integrarse en el paisaje. Arquitectura
Dominique Montassut, Villejuif
Fink y Jocher, Regensburg
Peter Zumthor, Biel-BenkenBloques. Las ciudades europeas continúan extendiéndose con variantes que intentan actualizar un sólido tipo consagrado por el Movimiento Moderno. Kees Christiaanse, Amersfoort
Hild y Kaltwasser, Kempten
Heide y Von Beckerath, BerlínTorres. Hace tiempo se puso en cuestión la idoneidad social de una forma de alojamiento que ahora se reivindica en contextos densamente poblados. Coop Himmelb(l)au, Viena
Jacq. de Brouwer, Tilburg
Liesbeth van der Pol, AlmereIntersticios.A través de operaciones de sutura que exigen a veces la precisión del cirujano se persigue restañar el desgaste de los tejidos consolidados. Odile Seyler, París
Henri Ciriani, Colombes
Van den Bergh, Maastricht
Libros, exposiciones, personajes
Antologías neoyorquinas. En este final de siglo proliferan revisiones de las vanguardias como las que han propuesto el MoMA y el Guggenheim sobre el legado de Jackson Pollock y Robert Rauschenberg. Arte / Cultura
Simón Marchán
Pollock en la pintura
Francisco Javier San Martín
Medio siglo de RauschenbergRoma barroca e ilustrada. En 1998 se cumplió el centenario de Bernini y en 1999 se celebra el de Borromini, dos genios del barroco enfrentados en Roma, donde un visionario ilustrado, Piranesi, construyó su única obra. Jorge Sainz
Bernini y Borromini centenarios
Alfonso Muñoz
Piranesi arquitectoEl ojo de la cámara. Cuando la fotografía deja de ser soporte para convertirse en argumento constatamos una vez más que la valoración crítica y el disfrute de la arquitectura depende en gran medida del ojo de la cámara. Historietas de Focho
Herzog y De Meuron
Autores varios
Libros
Interiorismo, diseño, construcción
Museo, tradición y paisaje. Los paisajes donde surgen el museo suizo de Appenzell y el noruego de Karmøy permiten ofrecer reinterpretaciones abstractas de tradiciones constructivas locales; el enclave histórico francés del Museo de Bellas Artes de Nancy sugiere para su ampliación el diálogo con lo existente a través de motivos de la modernidad canónica; finalmente, el museo alemán de Neuss colabora en la regeneración de la cuenca industrial del Ruhr y se propone materializar la vieja aspiración de unir arte y naturaleza. Técnica / Estilo
Gigon y Guyer
Museo Liner, Appenzell
Snøhetta
Museo de la Pesca, Karmøy
L. y E. Beaudouin
Museo de Bellas Artes, Nancy
Erwin Heerich
Museo Hombroich, NeussPara terminar, Ignacio Paricio comienza una serie de artículos que ofrecerán un balance de la construcción arquitectónica en el siglo que termina; y Luis Fernández-Galiano recuerda al desaparecido maestro Aldo van Eyck. Ignacio Paricio
La construcción convencional
Luis Fernández-Galiano
Van Eyck: el laberinto y la vida
Luis Fernández-Galiano
Continente residencial
Europa es un continente sin contenido. El inventario de su arquitectura residencial más reciente confirma un diagnóstico venial: esta doncella ajada adolece sólo de vacuidad. Hueca de propósitos o sueños, su vida confortable persevera bajo un atuendo elegante y trivial. Del conjunto heteróclito al intersticio urbano, la vivienda europea construye paisajes plácidos y previsibles, donde se pauta la rutina próspera de sus habitantes conformes. Conservadora en el fondo y renovadora en la forma, esta vivienda amable combina la convención de los tipos con la invención de las pieles, y en esa subversión cautelosa de la norma reside tanto su atractivo táctil como su matizada fascinación visual.
Si la sugestión seductora de las fachadas nos asalta en ocasiones por sorpresa, la regularidad narcótica de las plantas remite menos al sobresalto que a los hábitos. Acorazada en la nada cotidiana, la residencia europea se complace en el fulgor mate del privilegio geográfico, fingiendo poder blindarse frente al territorio violento de la necesidad extrema: en este continente carenado sólo caben contactos contenidos, que amortiguan por igual emociones y tránsitos. Ante la ecuanimidad indiferente del entorno europeo, la vivienda despliega un versátil abanico de proyectos eclécticos, desde las maclas mixtas y las suturas quirúrgicas hasta las torres y bloques de la tradición moderna.
En todos los casos, la piel de la ciudad se maquilla con el material refinado de los revestimientos minuciosos, y en algunos, la conjunción de la forma inesperada con la belleza impasible de un rostro insólito otorga a la vivienda el privilegio del protagonismo urbano. Pero si ocasionalmente se complace en el espectáculo arquitectónico, la residencia europea no es en ningún caso una fábrica de sueños; despojada de la dimensión utópica moderna, donde la forma de la casa era otra forma de representar la forma de la ciudad, y donde proyectar el futuro residencial equivalía a proyectar el futuro urbano, la vivienda contemporánea no propone maneras diferentes de vivir: nuestra casa duerme, pero no sueña.
Ensimismada en su laberinto, Europa se resiste a mirar más allá de su frontera frágil: la crisis populosa del mundo islámico, las convulsiones del cambio en Rusia, el musculoso desorden asiático, el horror abisal del África subsahariana o la esperanza quebradiza de América Latina. Acaso sólo la fractura dramática de la guerra en sus lindes, con el panorama de pesadilla de las multitudes desplazadas, pueda despertar a Europa de su sopor vacío; y es posible que sea precisamente en las ciudades efímeras de lonas y de lodo que albergan la tenacidad superviviente de los refugiados donde los europeos se golpeen con su sueño, y donde este continente fatigado encuentre al fin su insomne contenido.