Torre residencial, Amsterdam
Neutelings Riedijk Architects 

Torre residencial, Amsterdam

Neutelings Riedijk Architects 


Lee Simon, el personaje que interpreta Kenneth Branagh en la película Celebrity, desea tener éxito; un día descubre que su vida ha quedado reducida a las domésticas e insoportables dimensiones de «una cucharilla de café». Decide ser famoso, pero para ello necesita distinguirse. Sabe que lo puede ser si su diferencia tiene una visibilidad pública suficiente.

La torre que han construido Neutelings y Riedijk en los muelles de Amsterdam tiene, también, una reconocible vocación singular, que se impone a su función doméstica: aloja 68 viviendas en 20 plantas diferentes. En ella, el interés plástico y diferenciador de la construcción como objeto se ha impuesto sobre el conjunto residencial que la constituye. El aspecto severo del lugar, la altura de la torre y su situación privilegiada al borde del puerto del IJ, que ahora se transforma en área de vivienda, justifican esta determinación escultórica excepcional, y ello a pesar de que el tejido residencial como sustrato básico de la ciudad no es el programa con el que la arquitectura se hace singular.

El proyecto concentra con especial intensidad su distinción en un envoltorio tenso y exquisito. Con frecuencia, las condiciones del encargo empujan a los arquitectos a dedicar muchos de sus esfuerzos a la piel. Las fachadas de la torre-Y están revestidas de piezas de fibrocemento gris montadas con juntas verticales de aluminio, y en ellas se repiten homogéneamente los huecos horizontales, como la marca de Louis Vuitton en el forro de una maleta. Estos huecos desconcertantes y ajenos a la estructura reticular de la torre aportan autonomía a la fachada y eliminan la referencia escalar del edificio. Así, la torre adquiere un carácter abstracto, rotundo y monolítico, que intensifica su soledad monumental.

Sobre el fondo monotonal de los huecos, unas hendiduras violentas en las fachadas descubren una segunda piel de madera rojiza e invitan a recorrer con la mirada la torre de un extremo a otro, tensando diagonalmente la tela decorada de la fachada. Estas melladuras azarosas permiten que casi todas las plantas sean diferentes y aligeran drásticamente la construcción en ciertos puntos, atacando su estabilidad formal al desmaterializar las esquinas. No es éste el primer proyecto en el que los arquitectos ensayan tal recurso plástico. Pero si en la Hollainhof de Gante la variación estadística produce viviendas muy diferentes y una heterogeneidad enriquecedora en el conjunto, en otros, como en las recientes torres de La Haya y Rotterdam (véase AV 72), en el bloque Prisenhoek en Sittard (véase Arquitectura Viva 50) y en esta torre-Y de Amsterdam, se ha reducido a un procedimiento exclusivamente formal, casi caligráfico, que dulcifica la dureza compacta y mineral de las construcciones. 

Contrapunto horizontal
Para la arquitectura vertical el lugar es casi siempre un fondo plano y lejano sobre el que señalarse; su verticalidad y su tamaño lo enmudecen. Por ello, el contacto con el suelo es siempre un punto crítico. Es en este espacio a ras de tierra donde la torre debe necesariamente relacionarse con otros objetos de tamaño más reducido y con las personas. Neutelings y Riedijk resuelven este encuentro de modo inteligente y múltiple. El conjunto construido incluye un larguísimo cuerpo horizontal que contiene un centro comercial y que enlaza con los cercanos almacenes portuarios que se recuperan. Dos terceras partes de este centro comercial se sitúan bajo la cubierta de acero restaurada de la antigua nave de la compañía Brazil, un notable ejemplo de arquitectura industrial de principios de siglo, y la otra (con un supermercado en la planta baja y un aparcamiento para residentes en la primera) es la base de la torre. Entre ambas se crea una plaza comercial con espacio al aire libre y vistas sobre el puerto. El mismo revestimiento empleado en la torre y un zócalo común de piezas de hormigón prensado de color gris oscuro unifica ambos elementos.

Alrededor del núcleo central de comunicación vertical, se disponen en cada planta cuatro viviendas que varían en tamaños y distribuciones hasta producir 20 tipos distintos que sin duda encontrarán su lugar diferenciado en el pujante mercado inmobiliario holandés. Un mercado que reclama soluciones extensivas de baja densidad. Pero la creciente urbanización del país y el enorme coste que tiene en los Países Bajos la preparación del terreno para la construcción, así como la demanda de una parte de la población de preservar el territorio sin urbanizar están obligando a soluciones densas y compactas, como la que proponen Neutelings y Riedijk en el contexto de esta trasformación residencial del puerto.

La torre-Y no tiene el refinamiento irónico del cine de Woody Allen ni la sofisticación formal de la obra de Koolhaas, con quien Neutelings trabajó cinco años. Sin embargo, es una construcción optimista y rotunda, realizada sin aparente esfuerzo con un planteamiento pragmático y realista, que forma parte de un activo proceso de investigación que en Holanda está desembocando en nuevos tipos de vivienda y en modelos urbanos densos y simultáneamente esponjados...[+]


Obra
Torre de 68 apartamentos en Amsterdam, Holanda.

Cliente
Eurowoningen.

Arquitectos
Willem Jan Neutelings y Michiel Riedijk.

Colaboradores
W. Bruijn, J. Bekkering, E. Winkler, R. van der Werff, J. Lonsdale, F. Heylen, D. van den Heuvel, J. Lonsdale, F. Heylen, D. van den Heuvel, B. Suijkerbuijk; Bureau Bouwkunde, Ingenieursbureau Zonneveld (ingenieros).

Contratista
Dura Bouw Amsterdam.

Fotos
Christian Richters.