Gimnasio del colegio Maravillas, Madrid
Alejandro de la Sota 

Gimnasio del colegio Maravillas, Madrid

Alejandro de la Sota 


El desafío de construir un complejo programa de aulas y gimnasio en un solar entre un muro de contención y la calle Joaquín Costa está en la base de este proyecto de ampliación del colegio madrileño de los hermanos de La Salle, que Sota acometió como un problema de ingeniería, a resolver mediante operaciones proyectuales lógicas y abogando por «la razón de ser de las cosas».

Existen numerosos documentos sobre el proceso creativo y la lenta gestación que condujo al legendario croquis de la sección definitiva. En este diagrama transversal, el gesto gráfico sintetiza con asombrosa destreza el concepto espacial y estructural. Se ha especulado que la idea resultó de invertir las cerchas de los talleres aeronáuticos TABSA (1957-1958). Como feliz resultado de esta heurística formal, en las vigas-puente que cubren el gimnasio el cordón superior prolonga el patio de juegos, mientras que el tirante inferior define en su anverso el perfil de pupitres dispuestos en anfiteatro y en su reverso configura una suerte de bóveda invertida.

Después de cruzar un mínimo retranqueo en fachada, se accede a lo largo de una galería acristalada que flanquea el gimnasio. Esta zona de zaguán alberga la conserjería y las escaleras de bajada a los vestuarios y de subida a las plantas primera y segunda, en cuyos descansillos se bifurca el tránsito hacia las salas de reunión o hacia las gradas. Además de afortunada rótula visual entre la ingrávida cubierta y el muro de contención, la tribuna actúa como entibación cuyas tornapuntas contrarrestan los empujes del terreno. En la última planta se accede desde una galería a las tres aulas que cuelgan del forjado del patio. Enmarcando las aulas, las ‘descamadas’ vigas-puente salvan unas luces de veinte metros con una altura máxima de montantes de ocho metros, mientras en los intervalos de seis metros se insertan las correas transversales y las viguetas metálicas separadas por paneles Virotherm.

La fachada alzó algunas voces discordantes que censuraban su aspecto industrial y su falta de representatividad urbana. Sin embargo, este lienzo de hiladas de ladrillo, rejillas metálicas y paños de cristal que transparenta sutilmente el programa interior es un ejercicio maestro de composición. Adaptándose al escalonamiento de una ficticia tapia que siguiera el desnivel del terreno, un rugoso zócalo de bandas de ladrillo abujardado evoca irónicamente el podio clásico, al estar apoyado en las rejillas de ventilación. En la franja superior, los lucemarios del gimnasio y los miradores de las aulas retroceden y avanzan sobre el insistente ritmo marcado por el armazón estructural... [+]