Las propuestas expresionistas de principios de siglo tardaron años en ser útiles para la arquitectura. Aunque prestaron algunos rasgos formales al Racionalismo —además de media docena de edificios emblemáticos y amojamados, como la Torre de Einstein o la Schauspielhaus, y algunas villas de interés—, entre las guerras mundiales su mejor acomodo se encontró en las historietas de Flash Gordon. Finalmente, sus presupuestos se adaptaron a la economía de posguerra en la forma de planteamientos regionalistas enfrentados a un rutinario Estilo Internacional. El gusto por el trazo suelto, por las materias orgánicas y por el déshahillé de las facturas encontraba un eco en los interiores populares y humildes de nuestra tradición que lo hacía atractivo y lo justificaba de cara a la galería.
Los ensayos de Sota en ese terreno se habían aplicado hasta el momento a encargos de interiorismo, como las oficinas de Aviaco y su propia casa, o a cuestiones de detalle en algún trabajo de vivienda social. Un cliente confiado le permitió ensayarlo con toda libertad en una casa al borde de un camino arrabalero entre colonias, en la calle Doctor Arce. La casa para el señor Arvesú fue construida en 1955 y demolida en 1987, por ‘equivocación aparente'de un técnico municipal refractario a su condición de edificio protegido. Situada en una parcela larga y estrecha, Sota propuso la vida familiar de espaldas al mundo: los interiores y el jardín en franca comunicación, de cara al sol y al abrigo de un frente ciego hacia las calles y premonitoriamente sordo al tráfico rodado que años después las invadiría. El anhelo islámico de reserva se repite en detalles como el recorrido quebrado hacia la entrada de la casa, o la solución de la puerta principal, a contracorriente, y contrasta con la vocación fluida de los interiores.
La solución de encuentro entre el edificio y la parcela constituye un aderezo sustancial de esta vivienda de programa convencional: dos plantas dedicadas respectivamente a zonas de estar y dormitorios de la familia, y un semisótano para el servicio. Su moldeado, proyectado con el doble fin de lograr la continuidad entre el suelo del estar y el jardín, y de iluminar el semisótano, apunta el interés creciente de Sota por extraer de la línea de flotación de los edificios el máximo rendimiento.
Puerta, comisa o alero son elementos propios de la arquitectura que la práctica tradicional ha utilizado como recursos cargados de lenguaje. A lo largo de su carrera el arquitecto abandonaría estos elementos, ahondando en los terrenos abstractos de la plástica escultórica o gráfica para las que esos vocablos son ruidos molestos... [+]