Estas viviendas de protección oficial se levantan al suroeste de Fuenlabrada, en la urbanización Ciudad Loranca, concretamente en la parcela 47-B, que es de forma rectangular y linda al norte con la parcela 47-A, al este con la calle 4, al sur con la calle C y al oeste con la zona verde que bordea el paseo del Parque. En los extremos del solar se han construido dos torres gemelas de planta cuadrada (20 x 20 metros cuadrados) que albergan un total de 64 viviendas. Entre las dos torres queda un espacio sin edificar, ligeramente separado de la rasante de la calle y protegido con un cerramiento perimetral, que sirve como terraza-jardín y que está dotado con una pérgola liviana sobre la que crecen plantas trepadoras.

La composición de los edificios es tripartita: hay un basamento continuo o sótano comunitario; los cuerpos son los de las torres propiamente dichas; y las cornisas sus respectivos aleros. El sótano —destinado a garaje y trasteros— ocupa toda la superficie del solar, garantizando la continuidad del conjunto bajo rasante. Cada torre es un paralelepípedo de ladrillo que encierra ocho plantas de viviendas y descansa sobre cuatro machones; en el centro de cada planta baja porticada se encuentra el vestíbulo de entrada, entre pantallas de hormigón.

El programa exigía diseñar viviendas de tres dormitorios con una superficie útil inferior a 70 metros cuadrados. Se propuso una vivienda con planta en forma de L que, girada en cuatro posiciones en un esquema en esvástica, da lugar a la planta tipo de las torres: cuatro viviendas en esquina que conforman un anillo cuadrangular cuyo ojal es el vestíbulo en la planta baja y el patio de ventilación y luces en el resto del edificio. Adosados a las fachadas del patio se encuentran los núcleos de comunicación vertical. El ascensor y la escalera desembarcan en cada piso en una bandeja rectangular que cubre la mitad del patio; en ella se apoyan dos pasarelas que dan acceso a las viviendas.

El proyecto confía en los valores espaciales del patio interior, así como en la sencillez y rotundidad compositiva del volumen exterior y en el tratamiento homogéneo de sus caras; todas las fachadas cerámicas son iguales, como lo son todas las viviendas. La reducida dimensión que se exigía para estas últimas ha obligado a desarrollar espacios domésticos mínimos; con el fin de proporcionar una sensación de amplitud mayor se han abierto ventanas balconeras de grandes dimensiones, que deliberadamente no guardan proporción con la peque-ña superficie de la estancia que iluminan...[+]