Con una ordenación que, impuesta desde el Plan Especial, no se adapta a la pendiente del solar —que alcanza desniveles de casi 8 metros—, este bloque en U alberga viviendas de protección destinadas al realojo de personas sin recursos. Conocidas y asumidas las rígidas restricciones que la legislación de protección impone a la arquitectura residencial, el bloque se reafirma en su voluntad de constituir un edificio rotundo y unitario.

Las unidades de vivienda se ensamblan en un interior en el que se ha minimizado la suma de superficies destinadas a espacios comunes, reducidas a tan sólo cuatro núcleos de comunicación vertical para dar acceso a un total de 101 viviendas. La planta baja puede utilizarse así para ampliar el programa residencial, además de dar cabida a los portales. Éstos constituyen las únicas estancias que comunican los espacios exteriores a ambos lados del bloque, abriéndose a un patio en el que el muro de contención se ha revestido con una malla industrial para posibilitar el crecimiento de yedra y su integración en el proyecto de jardinería previsto.

Las viviendas alternan su orientación al patio de manzana o a las calles perimetrales, reuniendo los cuartos húmedos en la crujía central del volumen. El programa interior de cada vivienda se despliega con los parámetros fijados por la normativa, embebiendo no obstante la estructura en el grosor de las particiones interiores y buscando la mayor sencillez en los 12 metros de ancho de la crujía.

Toda la compacidad del bloque se traduce al exterior en una fachada de gran densidad, en la que cada uno de los huecos resuelve en sí mismo las distintas situaciones generadas en el interior de las viviendas: estar, cocina o dormitorio en cada una de las orientaciones en las que se desarrollan. Cajones prefabricados de una pieza de chapa de acero y revestidos interiormente de madera baquelizada conforman el hueco en todo su perímetro y se transforman según éste va cambiando: mayor vuelo hacia poniente, un único lado y dintel —para proteger el interior de los rayos solares —hacia el sur, y cajones casi a ras del muro plano de ladrillo en las demás fachadas. En estos cajones, que se colocaron en obra en los huecos previstos, se integran tanto las carpinterías de aluminio como las protecciones en planta baja, las cajas de persianas, la ventilación de las cocinas o el vidrio translúcido para ocultar tendederos según sea el caso. Surge así un edificio intrínsecamente unido a su emplazamiento, al que consigue conferir la impronta de permanencia y protección que cualquier ciudadano precisa...[+]