La presión especulativa que afecta a Madrid se empieza a cernir también sobre localidades de la periferia que, como Coslada, han empezado ya a sustituir el menudo caserío original por bloques de pisos. El local de la asociación de vecinos, hasta ahora de una sola planta, no ha escapado a esta tendencia del mercado inmobiliario, por lo que las autoridades municipales decidieron agotar la edificabilidad correspondiente levantando una nueva construcción, que además de nuevas dependencias para la asociación proporcionara 16 viviendas en las plantas superiores. Completando con una U la manzana de la que forma parte, el edificio cuenta con frentes a dos calles y un tercer alzado que define un amplio pasaje peatonal, desde el que se accede al local de reuniones vecinales. Para conciliar las necesidades estructurales del centro cívico con las de las viviendas, de menor tamaño, se instaló el salón de actos bajo el patio de manzana, de manera que los vanos de menor luz requeridos por el programa residencial coincidieran con la corona perimetral de aulas y salas de reuniones del local de la asociación de vecinos.

Sobre este zócalo de dependencias comunitarias se levantan tres plantas de uso residencial que cuentan con acceso propio. La unidad básica del conjunto es un dúplex de sección en L que en las plantas primera y tercera ocupa el ancho total de crujía, y en la segunda lo comparte con una unidad complementaria. Las piezas aparecen así ensambladas en una suerte de rompecabezas, de forma que las escaleras internas de los dúplex se solapan en vertical y las entradas a cada vivienda se concentran en dos galerías que circundan el patio en niveles alternos. Una tercera pasarela da acceso a los apartamentos de la segunda planta que, como todos los de la crujía que da a la plaza, constan de cuatro dormitorios en un solo nivel.

En respuesta a las distintas condiciones del entorno urbano, así como a las dos tipologías utilizadas, el edificio cierra sus alzados a la calle con paños de ladrillo visto en color claro, revistiendo la fachada de la plaza con paneles de aluminio que alternan con franjas de contraventanas de lamas del mismo material. Los parasoles se pliegan hacia afuera, transformando este frente vivo y cambiante en un telón de fondo de la vida del barrio. La chapa —esta vez perforada— protagoniza también el vacío del patio, velando tras antepechos metálicos los tendederos y las pasarelas de acceso a las viviendas, proponiendo una posible interpretación contemporánea de los espacios de encuentro propios de la corrala típica de Madrid y alrededores... [+]


Cliente Client

Empresa Municipal de la Vivienda de Coslada

Arquitectos Architects

Carlos Asensio, Francisco Burgos, José María de Lapuerta

Contratista Contractor

Comsa; Llambí (fachada facade)

Fotos Photos

Eduardo Sánchez