Este conjunto residencial se constituye como referencia urbana en el frente marítimo de Barcelona. El plan urbanístico de la operación de Diagonal Mar, en la que se encuentra el parque proyectado por Miralles, define para esta parcela, denominada Illa de la Llum, una edificabilidad sobre rasante de 32.940 metros cuadrados. Ésta se divide entre tres edificios: una torre de 26 plantas, inscrita dentro de un cuadrado máximo de 28,5 metros de lado; otra torre de 18 plantas, inscrita en un cuadrado máximo de 24,5 metros de lado; y un edificio longitudinal de 5 plantas, que define la esquina de Selva de Mar y Taulat.

Huyendo de la obsesión común por la esbeltez, las torres aprovechan la máxima ocupación en planta porque permite disponer de gran variedad de viviendas en superficie y distribución. Para alcanzar la altura obligatoria sin sobrepasar la edificabilidad permitida se efectúan vaciados que aumentan con la altura, y que inciden esencialmente en las zonas que dan a norte, que carecen de vistas al mar, o bien en los puntos de mayor proximidad entre las torres. De esta interpretación personal de la normativa deriva el singular perfil del conjunto.

En el interior de las torres, varias franjas rodean cada núcleo de escaleras y ascensores, por los cuatro lados en la torre grande, y por tres en la torre pequeña. La más próxima es el pasillo de acceso a las viviendas. La siguiente, de cincuenta centímetros de ancho, contiene los pilares y las instalaciones. Las viviendas se organizan en la franja más ancha, de ocho metros, con distribuciones variables y sin elementos verticales fijos. Otra franja de cincuenta centímetros está ocupada de nuevo por instalaciones, estructura y cerramientos, y separa la zona habitable de las terrazas de tres metros de vuelo.

Como continuación de la tradición mediterránea del balcón, las terrazas corridas se convierten en un elemento esencial de las viviendas. Su amplitud hace de ellas un nuevo lugar de comunicación entre las habitaciones, protegido del viento y el sol por las persianas correderas de aluminio, que actúan como filtro entre exterior e interior. En las fachadas generadas por los vaciados, carentes de terrazas, se mantienen, con otras medidas, los componentes fundamentales: cerramientos de vidrio y aluminio, barandillas y persianas correderas. La fachada del edificio bajo se construye con esos mismos elementos, buscando que los tres edificios, al superponerse, se confundan y se perciban como una masa informe, grande, y gris. El uso se encargará de añadir movimiento a esta composición estricta... [+]