Casa en Somosaguas, Madrid
Óscar Tusquets 

Casa en Somosaguas, Madrid

Óscar Tusquets 


Esta gran casa madrileña recoge numerosos temas de la última arquitectura de Tusquets. La traza de la casa se inscribe en otra, coincidente y más amplia, de la parcela. Pese a la irregularidad y la pendiente, una rigurosa trama de paralelas organiza plantas y jardines. La casa se concibe como una larga serie de elementos del amplio repertorio histórico de la villa: zaguanes, hall y porches, estanques y exedras, belvederes y piscinas. Los arquitectos no se privan de reinterpretar estos elementos al margen de la estrecha moral del Movimiento Moderno que permitía el lujo sólo si se encorsetaba en la abstracción formal. Aquí abundan las molduras y modelados de los cielorrasos, y el garaje es más bien un salón para coches de grandes marcas. Esa generosidad no escapa sin embargo al corsé geométrico, y la casa se muestra como un proyecto de dos pabellones cuadrados situados entre vestíbulos alargados. Si se considera el trazado elíptico del borde de la piscina interior, la planta tiene una curiosa semejanza con la del restaurante en el parque parisiense de La Villette. De nuevo aparecen las cajas de ladrillo, esta vez con la fábrica de muros enfatizada por gruesas mochetas escalonadas que se vuelven en el interior, formando espacios casi monumentales.

No deja de ser meritorio este planteamiento cerámico en un entorno donde la última casita presume de un esqueleto de hormigón.

La composición paralela de la planta se repite verticalmente en las fachadas, cuyo modelado vertical sólo se interrumpe bruscamente por arriba, tapado por la gran comisa chata de piedra artificial que oculta la cubierta. La composición cúbica, la tapa horizontal y los ritmos verticales emparentan curiosamente a la villa de Somosaguas con una obra precedente, el llamado Belvedere Georgina, que sin embargo anunciaba valores bien diferentes. Esa continuidad parece solidez en la obra de Tusquets, aunque ahora una multitud de detalles añade riqueza a este proyecto, incluida la garita de cristal de las escaleras. El ladrillo impone una vez más su ley cartesiana al plano; las trazas curvas que rematan las visuales rectas del jardín no consiguen entrar en la planta de la casa, pero en cambio aparecen en la lógica del arco y la bóveda... [+]


Arquitectos

Óscar Tusquets y Carles Díaz con Andrés Monzú.

Consultores

Bet F¡güeras (paisajista); Juan Bordes (esculturas); Valldepérez (vidriería ).

Fotos

Studio Azzurro (Casa Vogue Italia).