Después de las viviendas de María Coronel, vinieron las de Villanueva del Ariscal.

—Hablar de estas viviendas es como hablar de la prehistoria... Pero hay algo de misterio...

—Tienen algo que ver con Oud, ¿no?

—Sí, desde la imagen sí, pero lo que a nosotros nos importaba era el enfrentamiento en planta de las dos alineaciones diferentes y generar curiosidad: ¿qué pasará ahí detrás? Es Oud, pero está utilizado como si fuera un material disponible... pintoresco. Lo que queríamos no era hacer un Oud, sino explorar ese espacio intermedio. En aquel momento estábamos interesados en cómo se produce la ciudad, en cómo ciertas situaciones pintorescas se superponen a una ciudad más racional... La planta general consta de un bloque rectilíneo y de otro que, tras aproximarse al primero y converger con él, acaba configurando una pequeña plaza. El terreno tenía una suave caída que nosotros concentramos en el primer tramo. Este recurso nos parecía que generaba muchas expectativas, pues si te situabas al inicio tenías que recorrer todo el camino para ver qué ocurría al final. Es un largo recorrido, ¿medirá como el Gallaratesse? Nos interesaba además ver cómo el edificio más largo se situaba en relación a la calle del pueblo, y cómo, igual que los anuncios en la carretera, se coloca un poco inclinado. Al recorrer el conjunto encuentras un espacio alargado y luego una pequeña dilatación. El bloque lineal se remata de forma horizontal y no atiende a la pendiente, y en el otro las casas se individualizan y cada vivienda baja con la pendiente. A un lado, las viviendas están pareadas con una ventana superior corrida que las unifica, mientras que en el otro no es así. Todo es un poco perverso y transgresor: una misma vivienda, una misma planta y una fachada completamente distinta según se trate de un bloque horizontal o escalonado. Aunque realmente perversos hemos sido después; entonces éramos naïf.

—¿No os inquieta esto de hacer edificios lineales con viviendas pareadas?

—Pues tenéis razón, aunque nosotros lo hacíamos para diluir la individualidad de cada vivienda. Uno de los mecanismos utilizados es que sólo hay un elemento compositivo cada dos puertas. Aunque también tiene que ver con optimizar las instalaciones. Aquí el gran dispendio económico fue que en uno de los bloques los aseos no estaban pareados.

—Sin embargo, esta obra vuestra que tiene ya más de veinte años estudia espacios urbanos ambiguos presentes en algunos proyectos de ahora mismo, en Holanda y también en Suiza...

Conversación de los autores con Luis Moreno Mansilla y Emilio Tuñón.
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