La conserjería de Cultura de Sevilla, ¿es de la misma época que vuestra intervención en el baluarte de la Candelaria de Cádiz?

—Es anterior al edificio de la Diputación Provincial de Sevilla, pero un poco posterior al baluarte. Se trataba de unir dos casas, una grande y otra muy pequeña, que dan a dos calles diferentes. Al fondo de la mayor había una edificación en muy mal estado, y en esa zona es donde se construyó el nuevo anejo. La casa grande esta organizada según un eje central, que sufre un desplazamiento para enlazar con la pequeña. Y también a ese punto se conecta la nueva edificación. Ambas casas se restauraron y la edificación del fondo, al ser accesible sólo desde un extremo del patio, se ve siempre en escorzo, y de ahí viene la utilización de elementos verticales en la fachada, como un muro cortina con espesor... Ahora el patio está lleno de vegetación.

—La pieza aparece casi como un telón de fondo.

—Aquí teníamos una idea, que posiblemente estamos arrepentidos de no haber llevado después a cabo, acerca de los maineles verticales; teníamos previsto hacer unas hendiduras que daban lugar a una figura, a una planta trepadora, y lo más bonito era que se trataba de una figura que sólo se podía reconocer desde una posición lateral.

—¿Cómo de arte cinético?

—Más bien como esas figuras que sólo se descubren desde un punto...

—¿Una anamorfosis?

—Una anamorfosis... habría quedado bien. En cuanto a las zonas restauradas, pues hemos hecho lo correcto, es decir, hacer una carpintería fina que deja ver el arco, etcétera, etcétera. Es como una academia, pero en cuanto sales de la academia todo acaba por complicarse mucho.

—Si fuéramos más ingenuos...

—Lo que ocurre también es que en estos proyectos hay que concentrar el interés; y nuestro interés se centraba en el anejo, y lo demás nos bastaba con que quedase correcto.

—Cada toro tiene su faena y en algunos casos hay que hacerles una faena de aliño.

—¿Una faena de aliño? Lo que interesa aquí es el desplazamiento en planta, en un edificio tan axial que se transforma casi al final para hacer un acuerdo pintoresco donde se unen ambas casas, y ahí conectar, colgar el nuevo patio y la nueva edificación.

—Es una fachada tangencial que algo tiene que ver con el tratamiento dado al baluarte...

—Pues sí, aunque no nos acordábamos, ahora que lo decís está pensado igual que la Candelaria, con su cornisa, el blanco dominante...

Conversación de los autores con Luis Moreno Mansilla y Emilio Tuñón.
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