Y la Diputación Provincial de Sevilla? Cuando vimos este proyecto pensamos en la posible influencia de Salvisberg, en cierta esencialidad que podríamos calificar de ‘profesionista’.

—No directamente. Pero hablar de la Diputación de Sevilla es complicado porque quizás hay cosas que ya nos han dejado de interesar. Con todo, creemos que en este proyecto lo más interesante es hablar de la planta. La planta de la ampliación se organiza como contraposición al edificio existente, un edificio neoclásico muy ordenado del que se conservan algunos aspectos que son transformados y convertidos en algo muy diferente. Del patio central del antiguo cuartel se pasa a un patio en posición lateral en la nueva edificación; la circulación pasa de central a tangencial, manteniéndose sin embargo el eje de la marcha. Y en el nuevo patio se abre una especie de atrio grande que tampoco acaba de estar en el eje.

—¿La planta tiene que ver con la arquitectura hispano-musulmana?

—Cabría hablar quizá de cierto pintoresquismo, opuesto al neoclasicismo del edificio antiguo.

—¿Es una cosa pintoresca o intelectual ese juego de simetrías y asimetrías?

—El pintoresquismo es tan intelectual como el neoclasicismo. Schinkel combinó ambas cosas. Moneo decía que en este caso se pasaba de una planta organizada en línea, que sería la arquitectura del XVIII, a otra basada en la yuxtaposición de superficies, que se correspondería con la arquitectura moderna; un conjunto donde la arquitectura de planos se yuxtapone a la de ejes y alineaciones.

—Y todo lo que es frontal se vuelve tangencial.

—Y eso mismo se traduce en los alzados, que están compuestos a través de planos yuxtapuestos.

—Es un poco grandilocuente...

—Tenéis razón, hoy nos parece que pecamos de grandilocuencia en ciertos puntos. Pero sí es cierto que la composición de los alzados está hecha por planos y no por líneas, y en ese sentido sí es interesante la correspondencia con la planta. La estructura queda oculta. Hay algún tipo de truco como ese pilar donde apoya el muro cortina, ese tipo de cosas donde se ve el esfuerzo (el truco parece demasiado evidente, se ve que aquí hay gato encerrado).

—Vosotros decís que tiene algo minimalista, pero también tiene un aspecto muy nórdico.

—Sí, en algunos aspectos. Vosotros habéis citado a Otto Salvisberg, pero ha habido mucha gente que ha mencionado a Jacobsen, y se han señalado otras influencias norteamericanas por la piedra oscura y el acero inoxidable de la fachada.

—La fachada, ¿es de cuarcita?

—Es una cuarcita noruega. Esta piedra la usamos por primera vez en el pavimento de Santa Justa, y lo hicimos a instancias de Renfe.

—A nosotros nos sorprende el tratamiento que hicistéis de esas superficies tan oscuras frente a las superficies tan claras del cuartel, y el enmarcado de esquinas, impostas y cornisas.

—Era la primera fachada ventilada que hacíamos en Sevilla. Y se supone que esto permite utilizar materiales más oscuros. Es un edificio monocromo. El cuartel es ocre y rojo, colores muy de aquí —albero y almagra se llaman—, mientras lo nuevo es de piedra gris, con las carpinterías grises y el cristal con tinte gris. De este edificio decíamos, de manera un poco pedante, que pretende ser una presencia muda y elegante al lado del otro...

Conversación de los autores con Luis Moreno Mansilla y Emilio Tuñón.
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