La avenida Ceramique es el eje central de la extensión de Maastricht a lo largo del río llevada a cabo sobre una zona industrial próxima al centro, que había quedado en desuso. Siguiendo las directrices del plan urbanístico —que imponía zócalos de piedra, revestimientos cerámicos y el carácter público de los patios— el conjunto de 98 viviendas se agrupa en una manzana cuadrada que aparece retranqueada respecto al Bonnefanten Museum, situado en el solar vecino. En un intento de escapar de la severidad normativa, el proyecto insiste sobre la idea de haz y envés; es decir, un exterior de fachadas planas que se ciñen a las alineaciones de las calles y un interior de paños quebrados que definen la geometría orgánica del atrio. El encuentro de este corazón vegetal con la regularidad de la avenida pública se produce a través de tres gargantas en las que, a modo de umbral, plantaciones desordenadas de álamos retrasan el descubrimiento del vacío central con un velo de sombra. El jardín regular y abierto que ocupa el patio de manzana —tradicionalmente un dominio privado— se incorpora así a la secuencia urbana de espacios públicos, ofreciendo recorridos peatonales alternativos como transición entre el ajetreo de la ciudad y los paseos arbolados que flaquean el cauce del río Maas...
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