Localizado en el antiguo recinto fabril de Can Batlló, uno de los focos más importantes de desarrollo de Barcelona en relación directa con el distrito económico de Hospitalet de Llobregat y ejes viarios como Gran Vía y Avenida Carlos III, el edificio está formado por dos partes diferenciadas: un cuerpo principal-torre de doce plantas, donde se ubica el uso principal de oficinas, y otro cuerpo horizontal de gran altura libre que configura la planta baja, y que libera parte de la parcela, ofreciendo espacio privado para uso público.

En esta planta baja se desarrollan diferentes espacios urbanizados que vinculan el edificio con la ciudad de una forma amable mediante parterres y vegetación a la vez que se recupera mediante el adoquinado cerámico la relación existente con el parque de Can Batlló, aún en desarrollo, que contempla equipamientos públicos como la Escuela de Medios Audiovisuales (véase AV 223-224) o el futuro Nuevo Archivo Central Municipal.

El edificio diferencia las zonas comunes principales de vestíbulo y sala polivalente, espacios de gran altura libre, donde tanto los acabados de revestimientos verticales y horizontales singularizan espacios donde predominan la madera y el gres porcelánico de gran formato en contraposición con la cerámica exterior. Las áreas de trabajo se conciben como espacios diáfanos, con una planta en la que la estructura ocupa únicamente el núcleo y el perímetro; y con una solución de fachada homogénea —formada por un sistema de fachada ventilada y una celosía de lamas cerámicas— que asegura el rendimiento térmico y energético del edificio a la vez que dialoga con las construcciones del entorno. Diferenciando exigencias acordes a orientaciones, permitiendo el control de la incidencia solar y asegurando la permeabilidad y visión desde el interior, la celosía colmata una volumetría que se escalona en sus plantas superiores ofreciendo al usuario terrazas y espacios de relación singulares con vistas al distrito de Sants. Además de ser el vínculo con el entorno, la celosía cerámica es el principal sistema de control de la demanda energética del edificio, reduciendo la repercusión de incidencia solar en orientaciones sur, y sin comprometer la lógica compositiva de los diferentes alzados.

La cubierta del cuerpo de planta baja, así como los espacios liberados en los accesos, permiten establecer amplias zonas ajardinadas que, junto con las texturas y materiales utilizados, aseguran la integración del nuevo edificio de oficinas con el antiguo recinto fabril y con la lógica urbana existente...[+][+]