El corazón del nuevo Parque de Vallmora, situado cerca de El Masnou (Barcelona), consiste en un gran paseo equipado que hace las veces de gran balcón o mirador sobre la ciudad. Uno de los equipamientos más singulares de este parque es su ‘hotel de insectos’, es decir, un lugar destinado a que algunas especies vulnerables, entre ellas las abejas solitarias, puedan encontrar un espacio tranquilo y protegido en el que hibernar, crecer y reproducirse.

La razón de ser de esta pequeña infraestructura no sólo es proteger y controlar a las especies en peligro de extinción, sino también fomentar en general la biodiversidad del parque, habida cuenta de que las abejas, las mariposas, las libélulas y otras criaturas semejantes resultan beneficiosas para las plantas y, por tanto, también para el ecosistema.

El llamado ‘hotel para insectos’ es una construcción artificial hecha con materiales naturales, que se han escogido en razón de su afinidad con las especies que van a ser acogidas en el pequeño y singular ‘edificio’. Así, mientras que la piedra resulta adecuada para la cría de arañas, grillos, saltamontes, luciérnagas o mantis religiosas, la cerámica, presentada en bloques de termoarcilla, ayuda a la crianza de las abejas solitarias, y la madera (troncos de pinos agujereados y piñas) hace lo propio con las larvas de abejas, escarabajos y ciempiés. Todo un mundo en un pequeño monolito...[+]