El pabellón chino se fragmenta en una serie de piezas cosidas por una cubierta alabeada. Además de proteger un gran espacio que hace las veces de plaza pública, esta cubierta expresa el simbolismo que hay detrás del proyecto: la idea de China como una «tierra de esperanza». Lo hace de una manera metafórica, pues la ‘esperanza’ es aquí la armonía entre la ciudad y la naturaleza expresada en la directriz ondulada de la cubierta, que surge de componer el perfil urbano de Milán —que se puede contemplar desde el lado Norte del edificio— con el perfil agrario que se vislumbra desde el lado opuesto. Esta cubierta se sostiene con vigas de madera laminada de gran luz, rigidizadas con tirantes de acero. Pero, más allá del despliegue tecnológico, la cubierta sugiere dos motivos característicos de la arquitectura tradicional china: por un lado, los entramados de madera curvados hacia arriba, cuya forma se evoca en los alabeos del pabellón; por el otro, las techumbres cerámicas, transformadas aquí en un mosaico de tejas hechas con lamas de bambú...[+][+]