El parque educativo Marinilla ofrece a su comunidad un espacio donde sus identidades culturales pueden ser expresadas, reconocidas, promovidas y preservadas. El edificio fue concebido como un lugar donde las actividades propias de la cultura paisa —plantar, tocar la guitarra, tomar café o simplemente descansar en una hamaca—, se desarrollan alrededor de aulas que, aprovechando el clima primaveral, están abiertas al entorno. El objetivo del proyecto es convertirse en un lugar de encuentro en torno al aprendizaje como práctica basada en la construcción del conocimiento a través del diálogo entre las personas y los entornos naturales y construidos. Más que un edificio, el Parque Educativo es un espacio público en sí mismo.

El proyecto funciona como un sistema pensado desde la idea de crecimiento y expansión, lo que lo hace capaz de generar oportunidades espaciales para satisfacer las necesidades y deseos de futuros usuarios. Puede considerarse como una red inacabada de espacios que se conectan a piezas similares para aumentar su impacto en el tejido urbano. Se trata de un ejercicio cooperativo de construcción que incluye un programa educativo, un centro comunitario, un salón de música y un parque local. Para conseguir su materialización, se involucró desde el principio a la comunidad de Marinilla. Se organizó un taller participativo donde los ciudadanos podían transmitir las esperanzas y expectativas que tenían con el nuevo edificio. Mediante un ejercicio pedagógico y de construcción de confianza los marinillos diseñaron una serie de ‘billetes’ en los que dibujaron sus propios proyectos y catalogaron elementos característicos de la comunidad, para después poder ‘comprar’ simbólicamente el diseño.

Una vez construido el edificio, los vecinos fueron invitados a un evento de inauguración que consistía en traer sus propias plantas y darles un lugar en el proyecto. El Parque Educativo se transformó así en un jardín comunitario, abierto a todos; más que un edificio es un lugar de intercambio de plantas en donde se hace presente la idea de lo doméstico.

Gracias a este tipo de estrategias, el proyecto ha demostrado su éxito en términos de apropiación local. Las actividades interiores se han multiplicado y las horas de uso del edificio se han extendido. Además, se ha convertido en un hito reconocible entre los vecinos, que lo visitan a menudo para regar y cuidar sus plantas. El proyecto busca también abrir las instituciones educativas, por lo general cerradas, a las comunidades a las que sirven; en este caso son un lugar público para los estudiantes y para los habitantes de cualquier edad de Marinilla.