Casa Tula, Menorca

Óscar Tusquets 


Una casa colgada sobre una cala menorquina proporciona a los arquitectos la ocasión de revisar algunos de sus propios temas de composición, con el desenfado de la obra de tono menor y la libertad que sugiere el inmediato Mediterráneo.

La sujeción del programa a una planta cuadriculada se convierte en un juego de llenos y vacíos, de patios y pabellones. Todas las piezas de la casa se abren a pequeños espacios cuadrados, que pueden ser porches a mediodía o un patio de acceso al norte. Esta construcción cuadriculada maciza las esquinas de los cuerpos bajos y coloca entre ellas gruesos dinteles. De esta forma, una cara de la casa parece una villa de pabellones abiertos, imagen que se refuerza retranqueando los cerramientos sobre las pilastras y colocando las correderas. Este juego de cuadros se cubre con dos únicos faldones de teja, cuya continuidad evoca la construcción rural al igual que la falta de aleros en el cuerpo principal, que alberga el altillo del dormitorio principal. Entre los faldones de teja reaparecen las ventanas de abanico, y el conjunto permite continuar el experimento de las casas bajas de Mas Abelló.

Los pabellones adintelados, en cambio, tienen vocación de pequeños templos: se adornan de aleros y de una escueta molduración para que las sombras arrojadas den importancia a la fachada sur. La evocación de los frontones, subrayada por medallones en los que sopla un viento de 1900, liga la casa con el neoclasicismo menorquín enraizado en la isla durante la colonización inglesa. Más explícito aún es el gesto y el despiece de la puerta y la tapia que cierran el patio norte, que se remite a la antigua fortificación que vigila la boca de la cala. Toda la fábrica de la casa aparece teñida del mismo color, dándole un aire relajado y balear. La contraposición de carpinterías de color, de contraventanas de lamas de madera pintada, enrasadas sobre la fábrica clara, surte el mismo efecto.

Esta casa ordenada y fácil utiliza como un añadido sofisticado el ángulo de 45º, tan del gusto de Tusquets. Aparece con muy diverso modo en los despieces de losas y azulejos del patio y su frente, en las alacenas sobrepuestas a los rincones para formar una chimenea o una librería y, sobre todo, en los miradores triangulares que cubren las esquinas del patio... [+]


Arquitectos

Óscar Tusquets y Carles Díaz con Carlos Alejandro.

Consultores

Juan Bordes (esculturas); Bet Figueras (paisajista).

Fotos

Hisao Suzuki.