Opinión 

El silencio del sistema

Luis Fernández-Galiano 
22/10/2021


La disciplina sistémica genera obras silenciosas a través de la simplificación esforzada de la industria. Así, estudioHerreros se acoge a la rúbrica coral para subrayar la objetividad experimental de su método, que ofrece respuestas repetibles, acaso como eco de la reproducibilidad de los resultados en la investigación científica. Y de la misma manera que la sencillez se alcanza mediante la depuración compleja de un sinnúmero de factores, el silencio se logra a través del fragor de las conversaciones que van configurando el proyecto, un proceso en el que intervienen multitud de sujetos, enfoques e intereses. La cristalización de un sistema que permita abordar empeños de gran diversidad dimensional, funcional y geográfica no es entonces la fabricación de un libro de patrones constructivos y estilísticos, sino la gestación de unas fórmulas de diálogo que tejan un tapiz de compromisos y convicciones en cuyas trazas se reconozcan los muy diferentes protagonistas del proceso.

Si la modernidad quiso reconciliar la singularidad de las obras arquitectónicas con el anonimato de los productos de la industria a través de la ficción de iconos maquinistas, el sistema de estudioHerreros propone evitar el recurso retórico a la figuración mecanicista para introducir las lógicas productivas, económicas y sociales en un proceso de proyecto que cabe denominar orgánico, por más que sus resultados no se atengan a esa etiqueta. Ludwig von Bertalanffy desarrolló la Teoría General de Sistemas para explorar el comportamiento de sistemas complejos, en la naturaleza o en el mundo artificial, y sus lecciones se aplican lo mismo a las artes o al diseño que a la cibernética o a las ciencias sociales, de manera que no resulta extravagante entender el trabajo de este estudio como una Práctica General de Sistemas, y sus métodos como una exploración pragmática de la resolución de problemas con múltiples variables mediante la conciliación de vectores diversos e interdependientes.

En la búsqueda de la simplicidad silenciosa de esa arquitectura sin autor que pugna por un siempre elusivo grado cero de la expresión, estudioHerreros elige diluir su identidad y desaparecer del escenario con la elegancia que atribuimos a algunas demostraciones matemáticas, que nos golpean con la belleza violenta de la extrema abstracción, despojadas de fronda formularia como la mejor arquitectura está desnuda de ropaje formal. Ayuna de intenciones que desborden el sistema, y exenta de lenguajes que coloreen el método, la obra del estudio conforma un paisaje genérico soportado por el servicio y la eficacia. Sobre ese paisaje de sencillez severa se extiende un lienzo de silencios pautados y voces detenidas, una conversación en sordina que dibuja un perfil de atención deferente al interés común y a la complejidad compartida. Y sobre la urdimbre y la trama del lienzo sosegado, recortando su llamada de atención en el perfil urbano, súbitamente escuchamos un grito.


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