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H&deM, del natural. La concesión a los suizos del premio Pritzker 2001 no hizo sino sancionar su trayectoria, iniciada un par de décadas antes, y de paso el cambio de rumbo perceptible en ella desde mediados de la década de 1990, cuando al refinamiento de las pieles y la densidad material de sus obras se sumó una nueva relación entre espacio y envolvente. Con el diálogo como punto de partida, estos arquitectos afincados en la tradición humanista de su Basilea natal afrontan hoy proyectos en otras geografías, de otras escalas y con otras demandas simbólicas, a los que aportan una dimensión artística y social
Sumario
Luis Fernández-Galiano
Diálogo y logo
Entrevista con Jacques Herzog
Alejandro Zaera
‘Al-chemical Brothers’
Una pasión experimental
Gerhard Mack
Medios de expresión
Los últimos proyectos
Tema de portada
Tres obras. La epidermis transparente proclama la condición abierta del edificio de Londres, concebido como una ciudad para el baile; el perfil arcaico del construido en Tokio eleva la moda por encima de su condición efímera; y la densidad material del que se levanta en Basilea procura un nuevo escenario para el arte, entre los procesos de la naturaleza y los de la informática.
Arquitectura
Telón de tul
Centro de Danza Laban, Londres
Colmena y escaparate
Edificio Prada, Tokio
Artes apiladas
Schaulager, Basilea
Seis proyectos. Los estadios de Múnich, para el Mundial de Fútbol de 2006, y Pekín, para los Juegos Olímpicos de 2008, cristalizan la arquitectura como hito urbano colectivo; los museos De Young, en San Francisco, y Walker, en Minneapolis, estimulan el trasvase interdisciplinar; por su parte, el muelle y centro cultural de Santa Cruz de Tenerife reivindican el dominio público.
Al calor del público
Dos estadios en Europa y Asia
Mixtura plástica
Dos museos americanos
Paisajes atlánticos
Dos proyectos canariosArgumentos y reseñas
Cruce de historias. Kenneth Frampton y Alan Colquhoun se han avenido a cruzar reseñas: el primero de la historia de la arquitectura publicada por el segundo, y éste del libro de aquél dedicado a la figura de Le Corbusier.
Arte / Cultura
Kenneth Frampton
El ángel de la historia
Alan Colquhoun
Sismógrafo del siglo
Venecia, balance bienal. Entre el rigor estival y la multiplicidad de voces ha transcurrido el 50º aniversario de esta cita artística, uno de cuyos acontecimientos ha sido la representación oficial española, a cargo de Santiago Sierra. Javier San Martín
Bienal de Venecia, 50 edición
Juan Antonio Ramírez
Santiago Sierra, EspañaEdificios-cuerpo. El cuerpo en el arte y la relación entre arte y arquitectura a través de la imaginería corporal son objeto de dos obras de Juan Antonio Ramírez, y de un libro-homenaje al también historiador Joseph Rykwert.
Historietas de Focho
Gigon y Guyer
Autores varios
Libros
Últimos proyectos
Belleza americana. Tadao Ando ha construido en Fort Worth y frente al Kimbell de Kahn un monumental museo de arte que es su mayor obra en Estados Unidos; y Zaha Hadid ha materializado en Cincinnati el más complejo de sus proyectos hasta hoy, un centro de arte contemporáneo que apila salas de exposición en torno a espacios de tránsito que extienden la trama urbana.
Técnica / Diseño
Ronnie Self
Una cuestión de belleza
Tadao Ando en Fort Worth
Carlos Jiménez
Tumulto flotante
Zaha Hadid en Cincinnati
Para terminar, una reflexión de Jacques Herzog en torno a la ciudad, una ‘construcción’ cultural que, paradójicamente, es tan real como inaprehensible. Si el 11-S demostró su vulnerabilidad ante un ataque a sus puntos vitales, la única estrategia de defensa parece ser difuminar su singularidad, una opción al cabo ilusoria: ninguna urbe con historia puede devenir ‘ciudad indiferente’. Productos
Materiales, mobiliario, madera
Jacques Herzog
Terror sin teoría
Luis Fernández-Galiano
Fuego lento
Herzog y de Meuron cocinan a fuego lento, y de vez en cuando sacan todos los platos a la vez. Esto ha ocurrido en la primera mitad de 2003, que, además de verles ganar los concursos del estadio olímpico de Pekín y la filarmónica de Hamburgo, o presentar el proyecto definitivo de la Fundación La Caixa en Madrid, se ha jalonado con tres inauguraciones excepcionales: en febrero (aunque llevaba ya algunos meses en rodaje) se celebró la apertura del Laban Dance Centre en Londres, un volumen translúcido de suaves inflexiones y cromatismo acuoso en un barrio en vías de regeneración junto al Támesis, y de tan exquisita factura e inteligente interpretación del programa que ha merecido el premio Stirling, la más alta distinción británica, que por primera vez recae en una obra de autor extranjero; en mayo se inauguró en Basilea el Schaulager, un colosal almacén y espacio de exposición para el arte, realizado con perfección abrupta y fascinación táctil en una zona industrial de la ciudad para una importante colección, y que tanto por su innovación tipológica como por lo subversivo de su lenguaje se propone como una alternativa al modelo Guggenheim; y en junio abrió finalmente sus puertas en Tokio la tienda de Prada, un gran volumen vítreo ceñido por rombos turgentes que combina a Bruno Taut con Pierre Chareau, y que utiliza la oportunidad del escaparate de la moda para llevar al límite una exploración espacial y perceptiva al servicio del cuerpo, la ropa y la identidad.
Ese fuego lento que gustan describir con los términos investigación y diálogo —presentando el estudio como un laboratorio donde se reproducen los procesos naturales— evoca de inmediato la imagen del alquimista y su retorta esforzándose en transformar el plomo cotidiano en el oro del arte, referencia inevitable en el contexto de una ciudad tan asociada a la industria farmacéutica como Basilea. Pero esta ciudad suiza en la frontera con Francia y Alemania es también un reducto de larga tradición humanista, un recinto fortificado de legendaria riqueza comerciante, y un entorno neoclásico de riguroso conservadurismo que manifestó reiteradamente sus reticencias ante la modernidad. Por más que no sea legítimo establecer un vínculo excesivo entre el arquitecto y su ciudad, el enraizamiento testarudo del trabajo de H&deM en Basilea autoriza a pensar si su obra severa y rigurosa, adusta hasta en la articulación del placer, no tiene su origen en el anacronismo de su cultura cívica. El arcaísmo deliberado de su enfoque puede, desde luego, remitirse al viejo humus romántico del universo germánico, lo mismo que su exaltación de una naturaleza mítica; pero en su crítica del optimismo autosatisfecho de la modernidad hay algo también de la polémica de la época de Bismarck entre el Berlín faústico y la Basilea reticente, de manera que creeríamos oír los ecos del debate histórico entre Ranke y Burckhardt en esa conversación espasmódica que a través de palabras y proyectos mantienen Rem Koolhaas y Jacques Herzog.