Un símbolo para la ciudad de Múnich y para el fútbol: el estadio como objeto luminoso sí identificado, posado junto a la autovía, señalando un lugar entre la ciudad y su periferia. Además de ser el escenario en el que tendrá lugar la ceremonia de apertura del Mundial de Fútbol que se celebrará en Alemania en 2006, acogerá los partidos de los dos equipos de primera división de la capital bávara. Tanto los seguidores del Bayern de Múnich FC como los del TSV1860Múnich podrán identificarse con el recinto. Rombos blanquiazules o blanquirrojos, según juegue uno u otro de los equipos, se moverán sobre la superficie del estadio convirtiéndola en una gigantesca pantalla anuncio donde también figurará el nombre de la aseguradora alemana Allianz, que financiará el coste de la operación. La piel luminosa se compone de burbujas de ETFE (etil-tetrafluoruroetileno), un teflón transparente y liviano, pero muy resistente. La iluminación interior de las burbujas convierte cada elemento en un píxel romboidal blanco, rojo o celeste.
El área de aparcamiento se despliega frente al edificio; atraída irremisiblemente por su singular imagen, una riada de aficionados se aproximará al campo desde todos los puntos de la explanada. El ajardinamiento es una pradera de hierba similar a la vegetación que cubre la cercana campiña del monte Frötmaninger.
En el nuevo estadio muniqués se jugará única y exclusivamente al fútbol. Nada de conciertos ni de otras modalidades deportivas; se trata de un ‘santuario del balón’ diseñado para acoger a 66.000 aficionados con un graderío que se ciñe ajustado al césped, para cuyo mantenimiento se ha estudiado tanto la ventilación como la necesaria radiación solar. Todas las localidades son cubiertas y cada uno de los tres niveles superpuestos de gradas se acerca lo más posible al terreno de juego, creando una atmósfera de gran densidad espacial. Como en el teatro shakespeariano, los espectadores se encuentran prácticamente dentro del espacio en el que se desarrolla la acción... [+]