En el año 2002 se celebró el concurso internacional para la ampliación de la Fira de Barcelona, un ambicioso proyecto que contemplaba el diseño de cuatro pabellones, dos edificios de acceso unidos por una espina central, un auditorio, parte de la urbanización y dos torres que funcionaran como emblema de la operación. Fruto de ese concurso, en el que resultó ganador el proyecto del estudio del japonés Toyo Ito en colaboración con b720, es el conjunto, finalizado ya en parte, que convertirá la Fira en el segundo recinto ferial más grande de Europa. Parte de ese conjunto son las torres Porta Fira, dos volúmenes muy diferentes, la primera de uso hotelero, la segunda de oficinas, que mantienen un sutil diálogo entre sí y que, partiendo de la idea de responder al entorno aprovechando su posición estratégica —entre el aeropuerto de Barcelona y la ciudad consolidada—, pretenden convertirse en la puerta de acceso a L’Hospitalet de Llobregat y a la Ciudad Condal.

La primera torre, con planta en forma de trébol, va rotando a medida que crece en altura, abriéndose en su parte superior como si fuera una flor. La percepción de su forma orgánica va cambiando a medida que se la rodea. La estructura es de hormigón armado y la piel que la recubre está construida a partir de un sistema de tubos metálicos rojos colocados en diagonal que acentúan todavía más esa torsión. Esta percepción se complementa y tiene respuesta en la torre de oficinas, un volumen a primera vista puro, de geometría ortogonal, provisto de un muro cortina de vidrio ligeramente retranqueado respecto al forjado, pero cuyo núcleo vertical de color rojo, situado en el lateral de la planta, y también con forma orgánica, se convierte en reflejo de la torre hotel. Entre ambos edificios se erige un atrio común que los conecta.

Con 28 plantas, dos de ellas subterráneas, la torre que alberga el hotel alcanza una altura de 112,71 metros, y cuenta con una superficie construida de 34.688 metros cuadrados donde se distribuyen las 344 habitaciones, un amplio hall, una gran zona de banquetes, salas para reuniones y congresos y zonas de servicios. El programa de oficinas está ubicado en la torre ortogonal, que cuenta con 27 plantas —tres de las cuales subterráneas— distribuyendo en plantas diáfanas y de gran luz estructural los 45.420 metros cuadrados de superficie total construida. Por último, el otro programa que contempla el proyecto, el comercial, se aloja dentro de la parcela destinada a oficinas, en la planta baja, consolidando la fachada que delimita el parque y cerrando así el anillo comercial de Plaza Europa.