La sede de la Comisión del Mercado de las Telecomunicaciones ocupa un solar estrecho y largo que alberga una nave protegida, construida en 1906. El proyecto se plantea como objetivo recuperar la nave e incorporarla al programa funcional.

El volumen principal consta de tres plantas subterráneas de aparcamiento y once sobre rasante para oficinas y servicios. La planta baja, destinada principalmente al acceso, conecta con la antigua nave en la que, conservando su estructura, se dispone un auditorio para 330 personas, una sala de reuniones y algunos servicios para empleados. La cubierta de la nave se adecua para su uso y se conecta con la planta primera. El volumen se organiza en torno a un núcleo central, haciendo uso de la libertad espacial que le otorga estar abierto hacia los cuatro costados. Esto permite singularizar el edificio, enfatizando su asimetría respecto a su eje longitudinal y su altura respecto al eje de la calle. La variación y superposición de espacios exteriores y de trabajo permiten orientar el volumen hacia la nave histórica y relacionarse con ella de una manera sutil.

Un sistema de lamas horizontales en las fachadas unifica todo el conjunto, ligándolo incluso con la antigua nave. Las lamas permiten cerrar las terrazas superiores y las zonas de instalaciones y se convierten en la marquesina de entrada en la planta baja.