El antiguo cauce del Turia se había convertido en una escombrera y en el destino final de vertidos incontrolados. A lo largo de más de un kilómetro de territorio frontera entre la capital valenciana y la huerta se sitúa ahora un parque público que ocupa el área central de una superficie que el PGOU identifica como Parque de Cabecera, un ámbito mayor que en un futuro incorporará además un bioparque y un parque de atracciones. 

Como estrategia para resolver la transición del cauce natural y sinuoso aguas arriba con el cauce artificial y rígido aguas abajo —construido en el siglo xviii para proteger a la población de las avenidas— se ha optado por un tratamiento orgánico que hace suyos valores propios del entorno de los ríos mediterráneos, integrando vegetación, topografía y agua. Es precisamente el agua el elemento vertebrador del parque, con dos tratamientos diferenciados: encauzada entre muros de piedra tras surgir de la alberca del Molí del Sol —rememorando las estructuras hidráulicas de la huerta— y en forma de lago navegable tras salvar mediante un azud escalonado un desnivel de dos metros. 

La recuperación de la cota original del río, tras apoyar el fondo del lago sobre un lecho de gravas, generó un desnivel entre el centro y el perímetro, que se ha resuelto con terrazas contenidas por muros de piedra caliza.

La recreación de una ribera fluvial se consigue gracias a la vegetación, diferente en tres ámbitos: los dos primeros corresponden a los dos recorridos principales —uno más urbano, paralelo al agua, con arbolado ornamental como tipuanas y jacarandas, y otro más orgánico junto al lago, con vegetación propia de zonas húmedas, como chopos, sauces, fresnos y parcelas de gramíneas y pastos naturales— mientras en el tercer ámbito (los bordes del parque), el bosque de pinos proporciona un fondo verde perenne. 

El parque evoca los islotes que se formaban en el río a causa de las crecidas, moldeando pequeñas colinas recubiertas de vegetación en tierra firme, suaves laderas en el borde del curso, o auténticas islas en el lago. La recuperación de la cota original del río, tras apoyar el fondo del estanque en un lecho de gravas, generó un desnivel entre el centro del parque y su perímetro, por lo que se han tallado bancadas desde el exterior hasta alcanzar el borde del agua. Las sucesivas terrazas se contienen con muros de piedra seca de caliza blanca, que permiten integrar equipamientos e instalaciones detrás de ellos, evitando el impacto visual de edificaciones más convencionales. 

En el punto en el que el antiguo lecho gira 90 grados para atravesar la ciudad y llegar al mar se sitúa la colina mirador, una elevación de planta ovalada que constituye la referencia visual del conjunto del ámbito.

Junto con la piedra, la madera cepillada de ipe en los bancos y las gradas del auditorio, el hormigón lavado en los pavimentos de las áreas más urbanas y el acabado con gravilla de canto rodado o traviesas de madera reciclada en los caminos que unen o sortean islas, muros y colinas cualifican las distintas áreas del parque.


Cliente Client

Ayuntamiento de Valencia

Arquitectos Architects

Eduardo de Miguel, Arancha Muñoz, Vicente Corell

Colaboradores Collaborators

I. Tausch, M. Ruano, D. Zaragaza, J. V. Palacio, J. M. López, J. Marco, M. Colominas, J. Montesinos

Consultores Consultants

Consulting Proyectos y Sistemas (asistencia técnica technical assistance)

Contratista Contractor

UTE Ferrovial Secopsa

Fotos Photos

Duccio Malagamba