Unas antiguas bodegas, cuyo edificio principal aún se conserva, dan nombre a este desarrollo urbanístico que ocupa doce hectáreas y que aspira a convertirse en un fragmento modélico de ciudad. Doblemente conectado con el centro de Alboraya y la ciudad de Valencia, el solar se encuentra rodeado por el mar Mediterráneo y la huerta, que constituye la identidad geográfico-paisajística de la región. La especificidad, la diversidad, la sostenibilidad y la calidad arquitectónica vertebran el diseño que se caracteriza por la convivencia de usos, la naturalización del espacio público y la construcción de una comunidad cohesionada. Además, ante la ausencia de trazas de interés en el contexto urbano existente, la intervención busca crear una nueva identidad urbana, social y económica. Asumiendo esta responsabilidad, se propone un fragmento de ciudad de uso permanente cuyas características urbanas y paisajísticas, condiciones morfológicas y tipológicas, cualidad del espacio público y presencia de la naturaleza compongan un conjunto holístico. Por último, el edificio de las antiguas bodegas se rehabilitará para acoger nuevos usos propios de la cultura urbana como educación, salud, economía o gastronomía; mezclados con actividades propias de la zona como mercado de hortalizas o actividades marítimas.

Imágenes: Berga & González