Edificios portuarios, Chipiona
Cruz y Ortiz Arquitectos 

Edificios portuarios, Chipiona

Cruz y Ortiz Arquitectos 


¿Qué pensáis ahora de los edificios en el Puerto de Chipiona, de esa serie de cajas?

—Tienen cierto carácter de ejercicio, de ejercicio minimalista. Es un proyecto que al principio no queríamos publicar; nos parecía que tenía tanto de ejercicio que era poco personal. El encargo consistió en construir cuatro pequeños edificios, pero en estos momentos hay dos más que también hemos proyectado con la misma pieza de fachada, e incluso en una zona próxima hicieron un concurso que ha ganado otro estudio y está utilizando, nos han dicho, la misma pieza. Ante la necesidad de construir esos cuatro edificios diseminados por el puerto, decidimos utilizar un único material que los pusiera en relación. Y el diseño de la pieza de fachada surgió de los pequeños almacenes para guardar redes de pesca, que tienen que estar muy ventilados; pensamos que lo adecuado era emplear una celosía. Como celosía la pieza se utiliza sola, pero al repetirla en los otros edificios era necesario incorporar un cerramiento posterior, un vidrio, etcétera. La repetición de un mismo material de fachada, y un sistema geométrico de prismas y desplazamientos, es lo que da unidad al proyecto.

—Lo interesante de establecer vínculos a través del material es que eso transmite potencialidad real al material, estableciendo un sistema que permite todas las variaciones posibles, y a la vez no presupone una forma concreta.

—Lo que a nosotros realmente nos convence menos de estos edificios es lo fácilmente que pueden explicarse: el mismo material y también el mismo sistema. Es un discurso un poco evidente.

—Y es un poco perverso por vuestra parte.

—Sí, claro... Exactamente.

—Sin embargo, nosotros pensamos que es una obra bastante eficaz. Desde luego funciona.

—Eficaz en el sentido de que las reglas del juego son muy claras y evidentes. Es como cuando el marchante pide a sus artistas que no hagan cosas diferentes porque prefieren que le sigan trayendo «lo mismo de siempre».

—Digáis lo que digáis, es muy interesante la idea de potenciar algo concreto que tiene. Algo que es capaz de ser muchas cosas y expresar todas las variedades, y a la vez todas esas formas son muy restringidas. Es decir, con ese sistema no todo es posible, pero lo posible es infinito.

—Los programas eran bien sencillos: unos cuartos para guardar redes, unos locales comerciales, unos talleres de reparación de barcos y un edificio de control de la actividad del puerto. No eran programas en los que la función podía ayudar. Eran edificios sin interiores.

—También son construcciones que tienen que ver, otra vez, con cierta arquitectura suiza, y es lo que las hace más fechables y menos atemporales que las viviendas de María Coronel.

—No creemos que haya un puerto con unos edificios tan claros como éstos. A veces hay que trabajar con sistemas que permiten que cada cosa encuentre su forma a partir del sistema establecido, y de las solicitaciones exteriores, haciendo que incluso las contradicciones trabajen a favor de la propuesta. Si hay algo que siempre hemos hecho es intentar descubrir la ocasión que contiene cada encargo, y en el caso del puerto de Chipiona no había dudas acerca cuál era: había que encontrar un material que dotara de unidad al conjunto...

Conversación de los autores con Luis Moreno Mansilla y Emilio Tuñón.
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Cliente Client
E. P. P. A.

Arquitectos Architects
Antonio Cruz & Antonio Ortiz 

Colaboradores Collaborators 
Blanca Sánchez, M. Ángel Velasco (arquitectos architects); Bernabé Ramírez (aparejador quantity surveyor)

Contratista Contractor 
Cubiertas y MZOV, Arumi (fachada facade)

Fotos Photos
Duccio Malagamba