Situado al noreste del país, Peneda-Gerês es el único Parque Nacional de Portugal, caracterizado por la riqueza de su naturaleza bañada por abundante agua. En la margen de uno los afluentes del río Cavado, se emplaza la nueva casa de vacaciones sobre un terreno natural protegido. El encargo para edificar en un lugar de unas características morfológicas tan extraordinarias se legitimaba al abordar la intervención como un proyecto de rehabilitación y ampliación de una pequeña construcción de piedra en ruinas existente.

Los clientes, aficionados al esquí acuático desde hacía veinte años, poseían un estrecho vínculo afectivo con el entorno, convirtiéndose en un factor determinante del proyecto ya que en él residía su sentido. Al propósito de que el lugar formara parte integrante de la casa se sumaba la preocupación inversa, no sólo el panorama debía incrementar la calidad de los interiores sino que también la pieza tenía que ayudar a enriquecer el paisaje.

Desde los primeros bocetos donde se trabajaba con un pequeño volumen de madera adosado a la ruina, la propuesta se convirtió en una audaz pieza de hormigón motivada en parte por el deseo expreso de los propietarios de utilizar un material muy resistente debido al peligro de desprendimientos ocasionados por las intensas lluvias invernales. Finalmente se decidió realizar una implantación ortogonal a las curvas de nivel, ocupando los sesenta metros cuadrados permitidos en esa área de protección y dejando volado el resto de la vivienda. Una intervención delicada que permite conservar la mayoría de los árboles intactos y minimizar la presencia del volumen ya sea visto desde el río, desde el lado opuesto donde se encuentra parcialmente enterrado o desde los laterales camuflados en la vegetación gracias a sus paredes vítreas. Se busca una solución estructural que permita garantizar la transparencia en transversal por lo que todo el edificio debía estar soportado por la losa inferior pensada como una tabla rígida debidamente anclada. Se remite así, a la estructura de los barcos, concibiendo la vivienda como una nave encallada en referencia directa a la casa Malaparte de Adalberto Libera.

Para la coherencia global de obra se concede también gran importancia a la resolución de los detalles. Así el encofrado del hormigón se diseña cuidadosamente con el objetivo de obtener una mayor plasticidad de la pieza que armonice mejor con el entorno natural. El interior del volumen se reviste íntegramente con madera que contrasta con los pavimentos de mortero autonivelante color gris también usados en la cubierta transitable... [+]