El proyecto recupera las ruinas de granito de una antigua construcción, y las renueva con pequeños ajustes en las aberturas, para responder al programa. En el interior, otra casa de ladrillo reviste los muros de granito ya manipulados y tratados.

El pavimento de baldosas es del mismo tipo de barro que se producía en los hornos cerámicos de la zona, aunque hubo que traerlo del Alentejo, y en las paredes interiores se ha utilizado cartón-yeso, por razones de eficiencia y coste. La cubierta es plana, formada por una losa de hormigón armado, cuyo encofrado, realizado con tablas de pino machihembradas, logra un acabado similar al de los techos de madera.

Para cerrar los huecos exteriores se ha optado por marcos de acero con doble acristalamiento incoloro y antirreflectante. Los vidrios en tonos verdes, azules, grises o espejadas mejoran al rendimiento térmico.

Los espacios exteriores suponen el mayor desafío del proyecto. Se elaboraron planos en los que se improvisaron intenciones, trabajando en el sitio como si de una exploración se tratase, siguiendo patrones y líneas naturales del terreno. Estos espacios requieren tiempo, para ver de qué manera evolucionan. El proyecto se encuentra en proceso, bajo la premisa de que los elementos arquitectónicos y espaciales encontrarán su momento óptimo para definirse...[+]