Los arquitectos: generaciones y obras
Madrid es hoy, tras Londres y París, la tercera ciudad de Europa; y es la segunda —por detrás de Berlín, pero por delante de Londres— en dinamismo constructivo. Ninguna ciudad del continente puede actualmente competir en densidad de grúas con la recuperada capital de Alemania; pero a muchos sorprenderá saber que Madrid está en estos momentos invirtiendo un volumen mayor de recursos en construcción y obras públicas que la propia capital británica, que vive la euforia de las obras del Milenio, los proyectos culturales financiados por la lotería, y las expectativas suscitadas por el nuevo laborismo, que ha declarado su compromiso con Londres dotándola de la alcaldía que nunca tuvo. Madrid sí tiene alcalde, pero el ímpetu de su desarrollo es en todo ajeno a esa instancia administrativa, que más bien asiste al crecimiento de su tejido urbano sin otra preocupación que posponer el colapso del tráfico con autopistas y túneles, y sin otro programa que la imposición de un rancio casticismo en el mobiliario y la estatuaria que decora el corazón de la ciudad...[+]