Para terminar este recorrido interrumpido e interminable, un caleidoscopio de imágenes sobre la hora del mundo o, mejor, sobre el momento del mundo que retratan los medios, con sus escenarios iluminados y sus zonas de sombra, sus líderes con nombre propio y sus víctimas anónimas, sus conflictos bélicos y sus migraciones de masas, en el tiempo convulso que se ha abierto tras el 11 de septiembre. Bajo este itinerario desorientado y acaso desvalido circula como un torrente subterráneo el fatigoso asunto de la identidad, expresado en banderas, pasaportes y fronteras, más vigentes que nunca cuando internet, la televisión por satélite y el comercio global nos había hecho creer en un planeta único. La guerra contra el terrorismo islamista en Afganistán y la guerra de Irak en busca del control de Oriente Medio son los dos jalones de la creación caótica de un nuevo orden, mientras el desorden universal se instala en un globo surcado por flujos migratorios más testarudos que las corrientes submarinas o los vientos alisios...[+]