El mito vertical, entre el Génesis y la globalización
De Babel a Dubái
Semper altius. Construir siempre más alto: tal ha sido la pulsión humana desde que nuestra contradictoria especie salió de las cavernas, acaso con la vana esperanza de retornar a los árboles. Incapaces como somos de vivir entre ramas, los hombres hemos aspirado desde entonces a erigir sucedáneos de la naturaleza cada vez más tozudamente verticales, desafiando las leyes mecánicas y muchas veces las del mero sentido común por mor de una contradictoria ambición ascensional. Por ello las torres y los rascacielos —metáforas del progreso tecnológico, pero también de la desmesura— están enraizados en nuestro imaginario y forman parte ya de esos ídolos de la tribu que, aun siendo familiares, no dejan de fascinarnos. Esto quizá explica el éxito de público que estos días está teniendo en Madrid ‘Torres y rascacielos. De Babel a Dubái’, una exposición comisariada por Robert Dulau y Pascal Mory que hasta el próximo 5 de enero albergará CaixaForum en una versión enriquecida respecto de la muestra que hace unos meses pudo verse en Barcelona, y que es la cuarta, tras las no menos exitosas dedicadas a Richard Rogers, Andrea Palladio y Piranesi, dedicadas por este museo a la arquitectura...