Congreso de la Unión Internacional de Arquitectos, Barcelona, 1996

Frente al héroe solitario que se retrata frente a su proyecto, tanto el colectivismo socialista como la empresa capitalista fomentan la cooperación. Tras el individualismo arquetípico de Wright, el Gropius aun convencionalmente representado promueve el esfuerzo coral en la Bauhaus o en The Architects Collaborative, su despacho americano: del colectivo creativo de Tatlin al diseño por comité del Rockefeller Center, la cultura industrial es corporativa. Pero la voluntad de proyección conjunta en las fotografías sucesivas de Johnson con sus apóstoles o pupilos no excluye la fabricación de biografías autónomas, y los secundarios se borran de la imagen como los caídos en desgracia desaparecían de las fotos soviéticas, en una purga visual no muy distinta de la que manicura edificios sustrayendo referencias históricas, completando multitudes o eliminando elementos arquitectónicos contrarios al dogma que el tenaz reflejo restituye. En ese forcejeo entre el autor y la audiencia, el éxtasis del arquitecto ante su público tiene un reverso sombrío, la progresiva trivialización de la ciudad: el icónico triple Koolhaas en concierto lo ha descrito como una mezcla inextricable de omnipotencia e impotencia. La ansiedad de la influencia se ha transformado en la ansiedad de la existencia...[+]