La implantación del tanatorio, ocupando buena parte de un talud existente junto a la entrada del cementerio, permite ampliar el ámbito de llegada al recinto, con una plaza y un aparcamiento conectados con el vial de acceso. Inclinadas en contrapendiente respecto al talud, las cubiertas tienen un tratamiento vegetal que les permite fundirse con los taludes adyacentes, mejorando así la visión del conjunto desde las calles perimetrales —a una cota más elevada—, lo que consigue reducir el volumen aparente del edificio.

La planta se ordena en dos ámbitos claramente diferenciados: uno público, con los espacios destinados a los usuarios de la instalación, y otro privado, con las piezas técnicas necesarias para su funcionamiento. Un sistema de patios ordena, jerarquiza e ilumina las estancias, y a la vez establece filtros entre ellos.

El sistema estructural se compone de muros y losas de hormigón armado encofrados con tablones de pino y pilares de acero cortén conformados con pletinas. Pavimentos de piedra natural y revestimientos verticales de madera aportan calidez a los interiores. Los pilares de acero generan graduaciones lumínicas, establecen filtros visuales y protegen el interior de la incidencia solar. El repertorio de texturas de los elementos estructurales y la luz natural sirven para calificar los diferentes espacios.