El encargo consiste en transformar el Palacio de Moxó, de finales del siglo XVIII, en un edificio de vivienda colectiva, situado en el Barrio Gótico de Barcelona. En la intervención se conservan los estratos tipológicos de los niveles: la planta baja destinada a locales (antiguas caballerizas); la planta principal con una única unidad residencial (histórico Palau Moxó); y plantas superiores que albergan viviendas (anteriormente dependencias de familiares y servicios). Además, se mantiene la estructura original de patios para organizar los accesos y la ventilación de las viviendas. Se recupera un antiguo núcleo de escalera para resolver el acceso a las viviendas de los niveles superiores. Todas las viviendas de nueva creación son dúplex, cuyos accesos quedan concentrados a través de un corredor único en la planta primera, situado en el patio central. Las cubiertas mantienen la configuración original, integrando las instalaciones. Los sistemas constructivos empleados corresponden a la tradición catalana. Se combinan vigas de madera, muros de mampostería y bóveda de cerámica catalana, mientras se recuperan las carpinterías de madera y se restauran los techos y los artesonados.