En el último recodo de la ciudad, allí donde ésta había arrojado sus instalaciones más contaminantes, va a surgir un ecoparque, compatible con nuevos servicios de recogida y tratamiento de residuos, y una planta de reciclaje. Frente a la dureza del lugar se ha optado por un pintoresquismo pop que induce al uso y apropiación del mismo. El proyecto incluye una montaña artificial que oculta instalaciones, nuevas oficinas para la planta de tratamiento de residuos, un salón alveolar arbolado, un albergue juvenil, un mirador pavimentado con peces que acaba en una plaza, una playa de nueva planta y parte de un antiguo sistema de enfriamiento reciclado para su uso como pantalán con bar.

La gran diversidad de actividades que se desarrollan en el parque tiene su reflejo en la diferenciación clara entre zonas y el carácter figurativo de las piezas construidas. Debido a las duras condiciones del medio (salinidad, exposición al viento, composición del terreno), lo más artificioso de toda la operación será el arraigo de lo natural...[+]