Biblioteca pública de Usera, Madrid
Ábalos & Herreros  Ángel Jaramillo 

Biblioteca pública de Usera, Madrid

Ábalos & Herreros  Ángel Jaramillo 


Desde el paseo diagonal que cruza el parque Olof Palme y entre las copas de los árboles, sedistingue el perfil de la nueva biblioteca de Usera. El proyecto —que resultó ganador de un concurso restringido convocado en 1995— adoptó la imagen de una torre, forma clásica identificada con el saber. Con sus nueve alturas, el edifico reordena un área pública e institucional en el corazón de este popular y populoso barrio del sur de la capital.

Protagonista de la nueva escena urbana que ha contribuido a crear, la biblioteca-torre abre sus ventanales como las páginas de un libro y se apoya en un plinto que la vincula a los edificios públicos vecinos.

Dos piezas, una horizontal y otra en altura, se maclan para albergar las distintas partes del programa. En el nivel del viandante, un zócalo de hormigón sin pulir tintado de rosa vincula las dependencias de la Junta Municipal, situada al norte, con la torre, delimitando una plaza orientada hacia el poniente madrileño. En su interior —de más de 2.000 metros cuadrados— se disponen las dependencias que implican préstamo, así como la hemeroteca y las bibliotecas infantil y juvenil. Se concentra así el área más activa en la plataforma semienterrada, cediendo al prisma superior las salas de lectura, menos transitadas. La luz alcanza el interior del zócalo a través de un patio en la parte posterior, que soluciona la diferencia de cotas entre las dos caras de la pieza y aleja el ruido procedente del aparcamiento cercano.

La entrada principal, en el arranque de la torre, une las dos piezas en un vacío de cuatro alturas presidido por la columna de ascensores. Llamados a ser la forma habitual de circulación interior, se han diseñado como urnas de vidrio y con una velocidad de desplazamiento reducida. Las salas de lectura se suceden en tres niveles de doble altura, que ocupan toda la sección cuadrangular del edificio con un ambiente de quietud e ingravidez. Entre ellas se alternan en la cara oriental tres forjados intermedios que alojan depósitos, despachos y salas menores. La luz alcanza el interior diáfano de las salas —en las que en ningún momento es posible advertir la estructura— por medio de un sistema doble de huecos verticales, escasos y dotados de un difusor que evita la incidencia de los rayos solares. Los muros se han empapelado con lienzos del artista norteamericano Peter Halley serigrafiados en tonalidades diferentes, generando un interior denso desde el que se abren, pivotando sobre sí mismos y como si fuesen páginas de libros, los paneles que componen el cerramiento. Con su búsqueda estratégica de las vistas, estos paneles jerarquizan, por medio de una entrada de luz diferente según la altura, el uso del espacio. Última sala al aire libre, la azotea es también atalaya y contribuye, con la prolongación del diseño de fachada, a la esbeltez de la torre.

Los huecos verticales alternan con paneles metálicos que se abren puntualmente buscando las vistas y definen tanto la iluminación tamizada de las salas de lectura como la imagen tersa y esbelta del prisma.


Cliente Client

Comunidad de Madrid

Arquitectos Architects

Iñaki Ábalos, Juan Herreros, Ángel Jaramillo 

Colaboradores Collaborators

Rocío Rein, Pablo Puertas, Miguel Kreisler (arquitectos architects); Peter Halley (artista artist); José Torras (aparejador quantity surveyor); José Alcoceba, Jorge Queipo (maquetas models)

Consultores Consultants

Juan Manuel Sierra, Juan Gómez (estructura structure); Jose María Cruz, Pedro José Blanco (instalaciones mechanical engineering); Juan José Núñez (estudio económico budget

Contratista Contractor

Dragados

Fotos Photos

Roland Halbe, Rosa y Bleda