Edificio universitario, Mérida

Ábalos & Herreros  Ángel Jaramillo 


Actual sede del gobierno autonómico de Extremadura, la ciudad de Mérida se levanta sobre las ruinas de Emerita Augusta, la urbe romana que permanentemente sale al paso desde el subsuelo cuando la nueva ciudad trata de proseguir su crecimiento. 

Sin olvidar la herencia de este rico pasado, la capital regional que zanjó la tradicional rivalidad entre Cáceres y Badajoz mira ahora hacia el futuro, mejorando sus infraestructuras y ampliando todo tipo de instituciones educativas y culturales. El campus de la Universidad de Extremadura es una de estas actuaciones, con las que Mérida intenta apoyar su expansión sobre la orilla del río Guadiana opuesta al casco histórico.

El recinto universitario —situado entre la Avenida Vicente Aleixandre y el cauce fluvial— se extiende sobre un solar en forma de L, cuya ordenación final está aún por definir. Para asumir con flexibilidad tanto la distribución interna de usos como su papel urbano dentro del conjunto docente, el edificio que agrupa aulas y oficinas adopta la forma de un prisma regular, compacto y neutro. El paralelepípedo resultante —de cien metros de longitud, tres plantas de altura y quince metros de profundidad—encuentra en el volumen su principal rasgo identificativo. 

Sobre el volumen de cien metros de longitud correspondiente a las aulas, dos prismas menores albergan los despachos asignados a los distintos departamentos, que disfrutan del jardín habilitado en la cubierta.

Sobre su azotea ajardinada, dos torreones destinados a albergar los despachos departamentales se elevan como el puente de mando en la cubierta de un transatlántico. De dos plantas de altura, estos cuerpos aparecen envueltos por la vegetación que crece sobre la terraza para mitigar la radiación solar que incide sobre el edificio. Con la misma intención, las fachadas se protegen con un doble filtro: uno en forma de plantación anular de gingkos bilobas que rodea el aulario, y otro integrado por un plano de celosías metálicas regulables que se superpone a la fachada por su cara exterior. El edificio se mimetiza así mediante una piel artificial y permeable con un entorno vegetal cambiante; un oasis propio, amable y umbrío.

La flexibilidad que determinó la organización del volumen y la planta se apoya en una aproximación constructiva que ha dado prioridad a los sistemas de montaje en seco sobre los húmedos, y a la normalización y la estandarización frente a las soluciones diseñadas a medida. Una estructura de pórticos de perfiles metálicos se sucede siguiendo un módulo regular para sustentar los forjados de chapa plegada, mientras un pavimento continuo permitirá plantear nuevas distribuciones de tabiquería ligera cuando las necesidades cambiantes del centro lo requieran a lo largo del tiempo.


Cliente Client

Consejería de Educación, Ciencia y Tecnología, Junta de Extremadura 

Arquitectos Architects

Iñaki Ábalos, Juan Herreros, Ángel Jaramillo 

Colaboradores Collaborators

Uriel Fogué, Jacob Hense, Renata Sentkievick; Miguel Lázaro (aparejador quantity surveyor

Consultores Consultants

 Obiol y Moya (estructura structure);Javier Manso, María Ángeles López(dirección de obra site supervision

Contratista Contractor

Magenta; Llambí (lamas slats)

Fotos Photos

Bleda & Rosa