Pabellón de Brasil, Nueva York
Oscar Niemeyer 

Pabellón de Brasil, Nueva York

Oscar Niemeyer 


Antes aún de que el Ministerio de Educación y Salud estuviera listo, la creatividad de Oscar Niemeyer ya era visible en el equipo. Prueba de esto es que Lucio Costa le diera otra gran oportunidad: después de vencer en el concurso para el Pabellón de Brasil en la Feria de Nueva York de 1939, Costa propuso a los organizadores realizar otro proyecto con la participación de Niemeyer, que había recibido el segundo premio en dicho certamen. Según Costa, la propuesta de Niemeyer era superior (actualmente es difícil evaluar tal opinión pues los dibujos originales se perdieron).

La pareja, que trabajó de nuevo en Brasilia veinte años más tarde, se mudó a Nueva York donde convivió cerca de ocho meses proyectando y trabajando en la ejecución de esta obra efímera. La construcción constaba de un volumen en L sobre pilares, que acompañaba la forma de una de las esquinas del plan urbanístico de la feria. Si el lado externo del volumen elevado quedaba cerrado con un muro ciego —correspondiente al área de exposiciones— y elementos variados —oficinas y servicios sanitarios—, el lado interno era abierto, con paños de vidrio hacia el patio interior, ocupado por un lago artificial con irupés, típica planta amazónica. La idea era que el visitante pasara primero por la planta elevada, donde estaba la gran sala de exposiciones que le reservaba una gran sorpresa: la rampa de acceso, larga y curva, invitaba a los transeúntes a penetrar en tal espacio. En el interior del área de exposiciones de doble altura había una entreplanta de formas sinuosas, y estructura de pilares metálicos, que Niemeyer repitió en hormigón y con más esplendor en el pabellón del parque de Ibirapuera (São Paulo, 1951). En la planta baja, volúmenes aislados y paredes curvas —que albergan las áreas de baile, el restaurante, la cocina y el mostrador de información— daban el tono de libertad estructural, típico de la planta libre corbuseriana.

Por este proyecto, Niemeyer recibió el título de ciudadano de honor de Nueva York de manos del alcalde Fiorello La Guardia. El trabajo contó también con la participación de Lester Wiener (arquitecto estadounidense responsable de los interiores). El pabellón puede ser considerado como pionero de la arquitectura de Niemeyer, puesto que aparecen esbozadas características de su obra madura, como las curvas de la rampa de acceso y la fachada lateral y el uso expresivo del agua como elemento arquitectónico. Y, para aumentar el simbolismo, todo fue realizado para representar a Brasil desde el punto de vista oficial, rodeado de elementos de la fauna, la flora y la cultura brasileña... [+]