Complejo Pampulha en Belo Horizonte, Minas Gerais
Oscar Niemeyer 

Complejo Pampulha en Belo Horizonte, Minas Gerais

Oscar Niemeyer 


Ideado durante la gestión del entonces alcalde de Belo Horizonte, Juscelino Kubitschek (JK), el conjunto de Pampulha fue terminado tras nueve meses de obras. El político, después de invitar al urbanista francés Alfred Agache y quedar decepcionado con su propuesta, vislumbró la potencialidad de construir un conjunto de formas modernas a la orilla de una laguna artificial, creando una nueva zona de expansión en la capital del estado brasileño de Minas Gerais. Pampulha inaugura una asociación entre JK y Niemeyer, que continúa cuando Kubitschek llega al gobierno del estado y construye otras obras en Belo Horizonte y Diamantina. Después, con JK en la presidencia de Brasil, la pareja construye Brasilia, donde Niemeyer fue el encargado de diseñar todos los edificios oficiales.

Ubicado al norte de la ciudad, el conjunto de Pampulha, creado para ser polo de atracción turístico y rodeado por un barrio de casas unifamiliares, tenía un programa inusitado: casino (diseñado en una noche), club náutico, casa de baile, hotel e iglesia dedicada a San Francisco de Asís.

Creado cuando Niemeyer tenía tan sólo 33 años, es el proyecto donde se pone en práctica de forma más contundente toda la libertad que el hormigón armado le permitía. Si bien el club y el casino aún poseen evocaciones corbuserianas; es en la iglesia y en la casa de baile —proyectadas con la ayuda del ingeniero Joaquim Cardozo— donde Niemeyer ejercitó su exuberancia formal. Si bien el edificio religioso posee una planta casi convencional, en forma de T, su cubierta abovedada le brinda el esperable tono formal. La nave principal es un arco único, mientras que la sacristía y el altar se cubren con una secuencia de cuatro arcos con ritmos diferentes. Tal creatividad formal fue acompañada por obras de artistas brasileños: el creador plástico Cândido Portinari (panel exterior de azulejos en los arcos y mural del altar), el pintor Paulo Werneck (mosaico en la cubierta) y el escultor Alfredo Ceschiatti (bajorrelieves del baptisterio). Esto le costó a la capilla una amenaza de la diócesis de la ciudad, que tardó décadas en consagrar el templo.

La casa de baile, por su parte, posee una cubierta sinuosa, una marquesina que hace alusión a su uso. Poco después fue transformada en restaurante y ahora es un espacio cultural. El casino funcionó hasta 1946, cuando los juegos de azar fueron prohibidos en Brasil. Diez años después fue transformado en un museo de arte contemporáneo. El club aún conserva su uso, pero con muchas modificaciones sobre el proyecto original. El hotel, quinto edificio del conjunto, nunca fue construido... [+]