El río Fluvià nace en las montañas del Collsacabra, al sur de la ciudad Olot, y desemboca en el Mediterráneo, en las Marismas del Ampurdán, después de recorrer setenta kilómetros a través de la comarca de la Garrotxa. Casi oculto entre los chopos, el pabellón ofrece servicios a los bañistas del río a su paso por Tussols-Basil.

Su sencilla estructura se compone de un único volumen longitudinal, ligeramente curvado, que acompaña con naturalidad el perfil sinuoso del cauce fluvial. Frente a él, una plataforma, apenas elevada unos centímetros del suelo, reproduce y prolonga su geometría. En el interior se sitúan tres piezas idénticas provistas de aseos y duchas, y una cuarta, de mayor tamaño, que alberga un bar. Las piezas de menor tamaño se materializan en chapa de acero inoxidable con acabado en chorro de arena, en contraste con el resto del pabellón, ejecutado en chapa metálica con acabado oxidado, mostrando así su independencia formal. El pavimento, sin embargo, hace uso del hormigón con colorante negro y cuarzo. La cubierta, también metálica, es de zinc. Tanto la plataforma de acceso como el cuerpo principal refuerzan su carácter longitudinal mediante el uso de platabandas de acero, soldadas en paralelo a los cantos de los forjados.