La intervención surge de la necesidad de dar respuesta tanto a las carencias de funcionamiento interno del edificio original, obsoleto ante la llegada no planificada de las nuevas tecnologías, como a problemas de seguridad y de sostenibilidad. El encargo presentaba dos demandas complementarias esenciales: por un lado, la creación de una cultura del trabajo asociada a la misión y los compromisos de la compañía; y por otro, la necesidad de dotar de decoro a la imagen de una entidad cuyo producto no tiene presencia física. En el interior se acometió la reorganización de los usos, distribuidos en zona operacional, zona administrativa y zona institucional, separadas mediante mamparas con diferentes grados de opacidad, colores y tratamientos gráficos. La fachada se resuelve con una segunda piel consistente en módulos de chapa calada de aluminio de cinco milímetros de espesor, cuyo grado de perforación varía de acuerdo a las necesidades lumínicas, a la orientación y a la necesidad de disipar energía. El lacado de los paneles en tonos sutilmente diferentes da lugar a una imagen exterior variable en función de los cambios atmosféricos y, en especial, durante los atardeceres. El espacio entre las dos pieles genera un recorrido de ventilación, mantenimiento y seguridad que adapta el edificio a sus nuevas necesidades... [+]