La escuela infantil se sitúa en un área residencial de la localidad de Valdemoro, en Madrid, sobre la cornisa del parque Enrique Tierno Galván; su localización junto al acceso desde la autovía de Andalucía la hace visible a distancia. El edificio nace de la acción de integrarse en el terreno, sobrevolando la ladera y asomándose a las vistas. Desde el acceso, en la cota superior, lo que se percibe es la cubierta ajardinada que da continuidad al parque y convierte el edifico en soporte del paisaje.

En el interior, la principal cuestión ha sido trabajar con la percepción del niño. Para un niño el espacio de la escuela funciona como contexto de significados y de aprendizajes. La organización espacial tiene por lo tanto gran importancia en la acción educativa y se convierte en un laboratorio que ofrece muchas y variadas experiencias. El niño continuamente demuestra su curiosidad por el entorno, por lo tanto era importante incorporar en el proyecto elementos que satisficieran esa necesidad de exploración, fundamental para el desarrollo sensorial, perceptivo, motor y cognitivo. Todos estos factores fueron fundamentales para la aparición de determinados elementos, como las claraboyas, las secuencias de materiales transparentes y translúcidos y los vidrios de vivos colores. La estrategia incluye una envolvente continua con un pixelado de huecos de diferentes tamaños a diversas alturas y de diferentes texturas en todos los planos. Esa envolvente opaca de placas fenólicas tiene, por un lado, el objetivo de mimetizar el edificio con su entorno y, por otro, de organizar diferentes zonas dentro de la escuela que se adecuan a sus ocupantes y a la percepción de los niños. Así aparecen ‘píxeles’ para zonas de juego (de color), para zonas de dormir (pequeños y numerosos), o para aprender (de mayor tamaño, transparentes o translúcidos). La superposición de los reflejos que generan estas entradas de luz y las visiones del exterior a través de diversos filtros pixelados crean un ambiente sensorialmente atractivo para los niños. Esta fachada hace una clara distinción entre la mirada del adulto y la del niño, mediante la utilización de dos tipos de alturas de huecos. Las fachadas a los patios son básicamente translúcidas, contando con un cerramiento formado a partir de perfiles de vidrio autoportante, que permiten tamizar la luz que pasa hasta el interior... [+]