Con el fin de suturar el que en los años sesenta surgió como asentamiento de autoconstrucción (hoy ya barrio de Las Roquetas) con el ensanche más reciente de Sant Pere de Ribes, el ayuntamiento decidió generar un nuevo foco de interés en un solar libre del casco urbano. El proyecto que hace frente a este objetivo establece como elemento fundamental de la propuesta una plaza pública, de la que ya se han concluido la urbanización general, el aparcamiento subterráneo y las dependencias municipales, quedando pendientes de finalización, en el año 2006, las viviendas que la rodean.

El edificio que aloja las dependencias municipales se ha concebido como una distorsión de uno de los lados edificados de la plaza, modificado de manera que asume la continuidad de la calle Federico García Lorca, hace penetrar el trazado de Pere II en el espacio público y construye un remate singular a la perspectiva que se obtiene desde la iglesia de la calle Sagunto. Esta deformación del borde edificado se hace especialmente significativo en la trama reticular y densa del primitivo asentamiento. Las viviendas de autoconstrucción poseían una extraordinaria secuencia de patios, terrazas, pérgolas así como abundante vegetación con las que llenaban de matices la relación entre interior y exterior. Esta característica original del barrio, que se ha ido perdiendo con los bloques más recientes de vivienda, vuelve a recuperarse con la arquitectura blanca del proyecto municipal. Así, el edificio de disgrega en volúmenes de distintos tamaños organizados en torno a un patio interior —presidido por un plátano que aporta sombra en verano y deja pasar el sol en invierno— que constituye el vestíbulo desde el que es posible acceder a cualquier dependencia. 

En la planta baja se sitúan los espacios propios del ayuntamiento, el Juzgado de Paz y una sala de exposiciones a la que también se accede desde la calle García Lorca. La policía municipal tiene también en esta planta sus dependencias, si bien se accede a ellas directamente desde la plaza. La planta superior alberga los despachos de la alcaldía y el salón de plenos, desde el que se sale al balcón, orientado a la plaza. La escalera que vincula estos dos niveles discurre paralela a un gran ventanal abierto en la fachada, constituyendo una suerte de mirador público desde el edificio hacia la ciudad. Un tercer nivel subterráneo acoge también oficinas y salas de la policía local, abiertas a patios de luces menores que comparten con los bloques de viviendas colindantes, y un núcleo de comunicación con el aparcamiento subterráneo situado bajo la plaza.