Esta intervención consiste en renovar una casa de dos pisos abandonada durante veinte años. La sólida construcción de hormigón mostraba muchos signos de vandalismo. A través de las incisiones y los rellenos adecuados se realiza una cirugía reconstructiva, plástica y estética. La primera decisión fue eliminar todo lo que sobraba. Lo esencial es un espacio limpio, sobrio y escultural. Se opta por una arquitectura estructural, esquelética. Tras las demoliciones se obtuvo la variabilidad de alturas de techo y se aprovechó el hormigón desechado para los pavimentos exteriores. Todo ha sido cuidadosamente incorporado, minuciosamente detallado, para que parezca sencillo, pero no lo es. No hay instalaciones visibles. La arquitectura del espacio se excava en la masa blanca de paredes y techos y sus huecos se cierran con madera. Se utilizaron placas solares, recursos locales y sistemas de bajo consumo, así como doble acristalamiento de baja emisividad en las aberturas retranqueadas y sombreadas.