Casa Vieira de Castro, Vilanova de Famaligáo
Álvaro Siza 

Casa Vieira de Castro, Vilanova de Famaligáo

Álvaro Siza 


El monte de Santa Catarina abraza por el norte a Vila Nova de Famaligáo, localidad situada en el norte de Portugal, al suroeste de Braga, y rodeada por un paisaje atlántico de eucaliptos, colinas y niebla. A media altura de su ladera sur, en las cercanías de la capilla de Santa Catarina, se abre entre los árboles un claro, modelado por el hombre en forma de terrazas para hacer habitable su pendiente. En esta parcela, de forma alargada y con una superficie de unos 20.000 metros cuadrados, se empezó a edificar hace tiempo un sanatorio que nunca llegó a terminarse. Apoyándose en los muros de contención que quedan como testigos de aquella iniciativa se ha construido una casa que disfruta de espectaculares vistas panorámicas sobre Vila Nova y el paisaje circundante.

El programa de la vivienda ocupa la parte suroeste de la parcela, y se distribuye en dos niveles. El acceso principal se sitúa al final de un recorrido que circula paralelo a la vivienda y cruza transversalmente el terreno hasta llegar al atrio de entrada. Una vez en el interior, dos dobles alturas a modo de pozos de luz extrusionan puntualmente y en sentido vertical la linealidad de una circulación que utiliza giros y contrastes de la iluminación para articular el proceso de entrada.

Una suave rampa y un leve desnivel dan por terminado un trayecto que físicamente concluye en el amplio espacio del salón y visualmente se expande hacia el noreste, por encima de la piscina y el plano aterrazado en el que se encuentran las zonas de baño y solarium, realizadas con los mismos acabados que la vivienda. Las zonas de servicio se aglutinan en la esquina suroeste de ésta, que toma aquí contacto con el terreno. En la planta superior, los cuatro dormitorios se abren al exterior a través de terrazas de diferente carácter: una plataforma del terreno ajardinada, un pequeño mirador cubierto, una caja con un hueco rasgado horizontal a modo de trinchera.

El blanco volumen de la casa sufre adiciones, sustracciones, yuxtaposiciones y extracciones; recursos para evidenciar al exterior el diferente carácter de los usos que albergan y la relación de los espacios que conforman el proyecto doméstico y su relación con el entorno: grandes huecos en las zonas de estancia, pequeñas aperturas en las áreas de servicio, terrazas, pórticos y patios que tamizan la luz y la vegetación. Las vistas de la roca desnuda desde las zonas de servicio cosen el edificio al terreno; y en las áreas de estancia el interior se extiende hacia visiones lejanas, sobre el plano de la piscina o por encima de Vila Nova. Los temas tradicionales de la arquitectura portuguesa se reinterpretan: la chimenea, adosada a un muro exento de mármol que divide el espacio en zonas de diferente uso y grado de privacidad; la galería, que es también sala de ensayo y se extiende visualmente hasta la vecina pared rocosa; el mirador; el banco corrido pegado al muro bajo un hueco; y la ventana sobre la repisa de la cocina.

Ruina renovada
El proyecto se llevó a cabo en cuatro etapas. En primer lugar, se rehabilitó una antigua construcción en el límite noreste de la parcela, para vivienda de los guardas. Posteriormente se edificó la casa donde habitaría la familia. La piscina y el área de baño, junto con las construcciones auxiliares, se realizaron a continuación y, por último, se llevaron a cabo las obras de integración paisajística. La vivienda se emplaza sobre la plataforma más amplia y se apoya en los muros de cimentación remanentes, que modelan el terreno en planos escalonados. Un amplio tramo de escaleras también existente conforma el acceso principal a la zona superior edificada, mientras que restos de otra construcción en el noreste de la parcela alojan ahora el garaje.

Los antiguos muros de perpiaño sobre los que se apoya la sillería de la obra nueva y los caminos pavimentados con piedra irregularmente cortada —elemento característico de la técnica paisajística portuguesa— se han combinado para dar forma a un entorno construido que se incorpora al acto de habitar: una terraza con cenador, un banco para sentarse al sol, emparrados para la vid...[+]


Obra
Casa Vieira de Castro, Vila Nova de Famaligáo, Portugal. 

Cliente
David Vieira de Castro. 

Arquitecto
Alvaro Siza. 

Colaboradores
Luiza Penha, Cecilia Caravaca. 

Paisajismo
Joáo Gomes de Silva. 

Consultores
Soprojectos, GOP. 

Contratistas
Habitrofa, Soares de Costa, San José, A. Oliveira Ferreira. 

Fotos
Duccio Malagamba.