En el municipio de Viana do Castelo, a 80 kilómetros al sur de Vigo, en la pequeña población costera de Afife, se sitúa una parcela con forma de embudo irregular de 15 metros en su lado más corto y 55 en el más largo. Las difíciles proporciones del solar unido a la escala rural del emplazamiento y el deseo de entablar un diálogo con un viejo muro de granito que cierra su lado sur, impulsaron el diseño de dos sencillos prismas rectangulares situados junto a la citada tapia de piedra siguiendo las direcciones marcadas por ésta. Ambas piezas se disponen una a continuación de la otra, giradas 27 grados entre sí, con una meditada distancia de separación que permite incluir el espacio intermedio como uno más de la casa. El módulo de menor tamaño se emplaza próximo al acceso desde la calle. En él se aloja el garaje anunciado por dos grandes puertas metálicas deslizantes. Escondido detrás de él, celoso de su intimidad, asoma el volumen que acoge los usos propios de la vivienda. Aquí el programa se condensa en planta baja, agrupando en una banda en la fachada este dos dormitorios, cocina y baño, dejando el resto de la planta libre de modo que se dispone de un gran espacio diáfano de diez metros de lado destinado a sala de estar que abre con grandes paños de vidrio al exterior. Cruzando la estancia en diagonal, se ubica una ingrávida escalera que conduce al primer piso, donde la superposición de otro prisma, pero de menor superficie que el inferior, permite a la casa alzar la cabeza y gozar de las vistas de la playa, además de ganar presencia desde la distancia. Este lugar privilegiado alberga la llamada ‘suite’ que consta de un gran dormitorio con un baño y se abre al panorama con un ventanal. Un suelo de madera se extiende sobre la parte de la cubierta que queda desocupada configurando una terraza que invita a a disfrutar del paisaje.

A pesar de la poca privacidad de la que goza la parcela debido a su pequeño tamaño, el edificio consigue mediante un estudiado diseño de huecos y planos opacos, abrirse con grandes superficies vidriadas al exterior sin que ello implique pérdida de intimidad, manteniendo en todo momento una estrecha relación con el exterior.

La sencillez de la distribución se repite en la elección de materiales, realizando una construcción in situ con hormigón, revoco con óxido de hierro, carpinterías de madera maciza y suelos de madera de pino de Riga. En el exterior se utilizan piedras de granito antiguas e irregulares para la creación de una alfombra tendida sobre la tierra que parece querer proteger la construcción... [+]