Una parcela triangular, en un entorno de baja densidad próximo al centro de la localidad portuguesa de Maia, fue el punto de partida de un edificio de viviendas sociales que quiere desde una forma nítida sentar las bases de la estructuración del núcleo urbano. En aras de una racionalidad constructiva que permita mantener los reducidos costes requeridos por la vivienda social, el programa se agrupa en un riguroso paralelepípedo capaz de reconducir además el crecimiento del barrio deslavazado en que se implanta.
Doce viviendas de dos dormitorios y tres apartamentos de uno se alinean en este bloque de crujía estrecha que reposa sobre un zócalo de hormigón. La estricta geometría del bloque se prolonga en la organización de la planta, que agrupa cocinas, baños y vestíbulos en una banda estrecha paralela al alzado sureste, dejando un vano más profundo de dormitorios y estancias en la fachada noroeste. Esta articulación de la planta se hace explícita en los paramentos lisos que cierran el prisma, una envolvente de ladrillo que en el alzado correspondiente a cocinas y baños aparece perforada por una retícula de pequeños huecos cuadrados que doblan su alineación en la zona correspondiente a los tendederos. El frente opuesto —primera imagen del edificio desde la entrada al recinto— se rasga por el contrario mediante una banda de ventanas horizontales y continuas que abren el espacio doméstico al entorno, sin transgredir la modulación a la que se confía la contundencia de la propuesta.
Ante esta austeridad compositiva, las carpinterías han sido objeto de un cuidadoso proceso de diseño, que insiste en el planteamiento general del edificio. Así, mientras la fachada posterior hace explícito su carácter secundario mediante pequeños batientes de marco metálico, el alzado principal subraya la relación de los espacios de estancia con el exterior mediante bandas continuas que alternan los paños transparentes con los opacos. Los vidrios— siempre fijos— se sustentan con listones atornillados por el exterior, alternando con paneles de madera del mismo formato. Formando una suerte de tríptico, estos elementos ciegos están formados a su vez por una parte central fija y dos laterales abatibles a los que se confía la ventilación de las estancias, evitando emplear los gruesos perfiles de madera que una hoja móvil de vidrio necesita. Con el mismo principio se definen los portales de entrada a la finca, con puertas de madera enmarcadas entre dos bandas del mismo material, que se separan de la fábrica mediante vidrios de junquillos mínimos... [+]
Cliente Client
Ayuntamiento de Maia
Arquitectos Architects
João Álvaro Rocha, Francisco Portugal y Gomes
Colaboradores Collaborators
Ana Sousa da Costa, Jorge Pereira Esteves, Pedro Tiago Pimentel
Consultores Consultants
Rui Fernández Povoas (estructuras structures), Vasco Peixoto Freitas, José Antonio Rodrigues Gomes, Paulo Oliveira, Paulo Queirós de Faria (instalaciones mechanical engineering), Manuel Pedro Melo (paisajismo landscape), Jorge Pereira (aparejador quantity surveyor)
Contratista Contractor
Lúcio da Silva Azevedo & Filhos, S.A.
Fotos Photos
Luis Ferreira Alves