Situado en París, este edificio de viviendas mira a dos vías concurrentes —la calle Fremicourt y el boulevard Grenelle—, se dispone en continuidad con unos jardines adyacentes, y está organizado de manera que sus dos bloques —uno de viviendas sociales; el otro, privadas— aprovechan al máximo la radiación solar incidente. Con este fin, el edificio se abre hacia el sur, se aterraza en los áticos y se puntea con grandes huecos acristalados que resuenan con los ventanales y balcones de su entorno, típicamente parisinos.

Concebidas con un esquema compositivo semejante, las cuatro fachadas se declinan con materiales distintos: en la que da a la calle se emplea vidrio; en las dos que miran al jardín interior, aluminio anodizado y madera, y en la que se orienta al boulevar, fundamentalmente cerámica.

Esta última, la más representativa del conjunto, está formada por una hoja interior de hormigón armado revestida de un aislamiento térmico de fibra de vidrio de 16 centímetros de espesor, todo ello combinado con una envolvente ventilada construida con tejas cerámicas solapadas entre sí y fijadas mediante anclajes a una subestructura de perfiles de aluminio. Esmaltadas en tonos marrones por sus dos caras, las tejas cerámicas presentan un singular acabado irisado, que es el resultado de un proceso de fabricación que consta de tres partes: la cocción a alta temperatura, el vitrificado y la deposición superficial de partículas metálicas. Son estas últimas las que dotan a las piezas de sus característicos reflejos nacarados, que cambian según sea la calidad de la luz ambiental o el punto de vista del espectador.