Museo Arqueológico, Almería
Paredes Pedrosa Arquitectos 

Museo Arqueológico, Almería

Paredes Pedrosa Arquitectos 


Surgido como institución cultural en 1933, el Museo de Arqueología fue modificando su emplazamiento y su titularidad a lo largo del siglo pasado. A su ubicación definitiva en el antiguo Colegio Menor Santa María del Mar siguieron varias ampliaciones, hasta su inauguración oficial en 1982. Los problemas estructurales del antiguo inmueble llevaron al gobierno regional, a cuyo cargo estaba el museo desde 1985, a cerrar varias salas y a repartir la colección en distintas sedes; finalmente, en 2001 se procedió a la demolición del edificio. En el mismo solar de la carretera de Ronda donde se al-zaba éste —una vía de tráfico intenso paralela a la Rambla— se levanta ahora el nuevo museo, un volumen compacto que custodia una extraordinaria colección arqueológica procedente de varios yacimientos almerienses (Millares, Algar y Almizaraque, entre otros). El proyecto resultó ganador de un concurso convocado en 1998.

El prisma pétreo ocupa una esquina de la plaza previamente liberada en la densa trama urbana, lo que le permite afirmar su presencia en altura y volumen, creando además una antesala para el recorrido museístico.

La altura de los edificios que configuran el entorno indujo a ubicar el prisma en un vértice del solar, liberando un poco de espacio en la densa trama urbana al crear una plaza sobreelevada, ornamentada con una cuadrícula de palmeras. Aquí se sitúa la entrada principal, mientras el jardín del antiguo museo se conserva en uno de los laterales, desde donde pasa formar parte del conjunto como ámbito de exposición al aire libre. Grandes piezas de piedra natural envuelven un volumen que se cierra a la ciudad para generar en el interior áreas luminosas, vertebradas por un vacío que relaciona las distintas plantas. En el nivel de acceso, el vacío se materializa en un patio que se abre al jardín, mientras el pavimento de losas constituye una prolongación del que cubre la plaza. Un zócalo de hormigón visto, que sustenta el prisma de mármol perlado, concentra a los visitantes y los conduce al vestíbulo. En los tres niveles siguientes se superponen las salas, que, trabadas en sección, se relacionan visualmente entre sí. La fachada se perfora aquí con huecos aleatorios que permiten el contacto con el exterior. En los niveles más altos, la luz cenital baña el espacio tamizada por un artesonado de piezas modulares de okume.

Frente a la escala abstracta del museo, hacia la carretera de Ronda se levanta una crujía de carácter urbano en la composición de sus huecos que aloja los servicios de biblioteca, gestión y conservación.

Un aplacado de mármol perlado reviste el edificio. Las piezas, de distintas proporciones, permiten la aparición de huecos irregulares en distintos puntos de las fachadas. En los lucernarios se ha empleado chapa de zinc.

Frente a la escala abstracta que el museo adquiere hacia la plaza, un cuerpo de cinco alturas recoge, hacia la carretera de Ronda, los espacios de funcionamiento interno —biblioteca, dirección y áreas de conservación y restauración— con una fachada que proyecta una composición de huecos de marcado carácter urbano. Una rampa discurre por debajo posibilitando el acceso de camiones hacia los almacenes donde se clasifica el material.

La colección permanente se exhibe en tres niveles relacionados visualmente por un hueco vertical. Con un filtro horizontal de piezas modulares de okume se tamiza la luz cenital que invade las salas superiores.


Cliente Client

Ministerio de Educación, Cultura y Deporte

Arquitectos Architects

Ángela García de Paredes, Ignacio García Pedrosa

Colaboradores Collaborators

E. López Burló (coordinador coordinator); S. Colmenares, M. García de Paredes,E. Neila, D. Linder; L. Calvo (aparejador quantity surveyor); P. Largo (jefe de obra site supervisor)

Consultores Consultants

Gogaite (estructura structure); Geasyt (instalaciones mechanical engineering

Contratista Contractor

Barroso Nava; Paco Blasco (carpintería de madera woodwork)

Fotos Photos

Roland Halbe, Luis Asín